No hay vuelta de hoja, no. Al recalcitrante juarista Andrés Manuel I el escándalo provocado por su primogénito y la nuera le hace lo que el viento a Juárez.
Seis periodistas asesinados en 40 días, en medio de una andanada brutal contra líderes de opinión desde Palacio Nacional, parecen haberse convertido en México un asunto “natural”.