* WABA: Semana Mundial de la Lactancia Materna, en Cuba
* Estará enfocada en la corresponsabilidad del padre en las tareas de cuidado
Redacción
SemMéxico/SEMlac, La Habana, 29 julio 2019.- Pese a que las prácticas tradicionales asentadas en cánones machistas han asignado la responsabilidad de la lactancia materna únicamente a las mujeres, investigadores, organizaciones internacionales, activistas y estudios sobre el tema reconocen la necesidad e importancia de asumir esta experiencia como un asunto compartido por los padres o parejas.
A ello convoca este año la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA, por sus
siglas en inglés) con motivo de la celebración del 1 al 7 de agosto de la Semana Mundial de la Lactancia
Materna.
«Una división de trabajo equitativa entre las parejas reconocería el
trabajo de cuidado único que realizan las mujeres que amamantan», les
permitiría a ellas combinar la lactancia materna con el trabajo «y a los
padres/parejas y familias asumir la responsabilidad de una mayor parte de otros
deberes relacionados con el cuidado de los niños y niñas», defiende la
organización, de acuerdo con un comunicado publicado a propósito de esta
jornada.
Esa necesidad es compartida por el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia, UNICEF y el Ministerio de Salud Pública de Cuba, que invitaron a
celebrar la semana en la nación caribeña bajo el llamado Empoderémonos, hagamos
posible la lactancia ¡Ahora y en el futuro!
La jornada en Cuba estará enfocada en la corresponsabilidad del padre en las
tareas de cuidado y labores domésticas durante ese período tan importante, para
facilitar que la madre pueda dedicarle al bebé el tiempo que necesita, así como
a sí misma, se informó en conferencia de prensa el pasado 23 de julio.
Amamantar tiene costos
Solangel Rúa es una joven doctora de 30 años que eligió amamantar a su hijo,
hoy de dos años de edad. «Por mi experiencia, todos los beneficios
registrados en la literatura son ciertos. Encontré apoyo de mi esposo y familia
y cuando comencé a incorporar la leche artificial a los tres meses, pues
necesitaba trabajar, empezaron los problemas: no aumentó de peso, diarreas,
infecciones. No obstante, utilicé lactancia mixta hasta los 11 meses»,
comentó a SEMlac.
Si bien su vivencia es positiva, refiere que no fue todo fácil. «Tuve
pezones dolorosos y sangrantes, pasé horas y horas sin dormir, adolorida,
dedicándome solo a dar la teta. Si no estás acompañada, es doblemente
duro».
Al hablar de esta práctica, con frecuencia se ignoran los costos invisibles que
supone y las cargas psicológicas y físicas para las mujeres. Se concibe su
cuerpo desde una visión solo «nutritiva», en la cual se desconoce que
amamantar es, en primera instancia, una decisión personal, coinciden expertos.
En pleno siglo XXI, la cultura materna sigue produciendo lecturas sesgadas
desde la perspectiva del género, apunta el estudio «Discurso médico,
cultura de la maternidad y lactancia», de los investigadores Reina
Fleitas, Niuva Ávila, Laritza Solares y Raynier Hernández, publicado en la
compilación Género Salud y Sexualidad del año 2013, por el Centro de Estudios
Demográficos.
Para los autores, una de las problemáticas esenciales en este campo es que
«la visión sobre la lactancia actual está aún centrada más en el niño. No
siempre se valora el peso que tiene la situación de las mujeres en su
desarrollo; así como sus efectos sociales reales para ambos. Se requiere
enfatizar más en la maternidad y lactancia voluntaria, en los varios sentidos
que ella implica: elección libre, responsable y con educación», plantean.
A su juicio, se trata de que ellas tengan «educación y capacidad para
asimilar, comprender y saber elegir sin interferencias
moralistas-represivas», alertan.
Por otra parte, advierten los autores que no se conoce si factores como la
pobreza femenina, que tanta precariedad genera en la vida doméstica, la
sobrecarga; la falta de apoyo de la familia y de los padres del bebé durante el
proceso de amamantamiento inciden en el abandono de la lactancia.
Práctica en Cuba
La leche materna -reconocida como la primera vacuna del recién nacido-
proporciona los nutrientes, vitaminas y minerales que un niño o niña necesita
para el crecimiento durante sus primeros seis meses de vida; período en el que
no requiere de ningún otro líquido o alimento. A partir de los seis meses, la
lactancia materna se complementa con la introducción oportuna de alimentos,
refieren las Guías Alimentarias para niñas y niños cubanos hasta dos años de
edad.
Sostiene la Organización Mundial de la Salud que la lactancia materna favorece
un vínculo especial entre la madre y el bebé, con repercusiones positivas para
la estimulación, la conducta, el habla, la sensación de seguridad, y la forma
en que la niña o el niño se relacionará con otras personas.
También contribuye a la salud de la madre después del parto: estimula la
liberación de la oxitocina, que ayuda a contraer el útero y reducir el riesgo
de hemorragia postparto. A corto plazo, retrasa el retorno de la fertilidad y a
largo plazo disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 y cáncer de mama, útero y
ovario.
Datos de la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS) de 2014,
último estudio publicado que recogió datos a nivel nacional sobre el tema,
evidencian que en Cuba solo 48 por ciento de niños y niñas lactaron en la
primera hora de haber nacido, 33,2 por ciento recibió lactancia materna
exclusiva hasta los seis meses y 24 por ciento lactancia continuada hasta los
dos años.
«Si bien el país cuenta con políticas públicas que favorecen esta
práctica, los indicadores relacionados con este tema pueden incrementarse con
el apoyo de todas y todos, lo cual significará, sin dudas, niñas y niños más
saludables, así como menores gastos de salud vinculados a las primeras etapas
de la vida», destacó Victoria Colamarco, coordinadora de Programas de
UNICEF.
El doctor Pablo Roque, coordinador de Lactancia Materna y Banco de Leche Humana
(BLH), destacó que Cuba cuenta con 10 BLH en funcionamiento, los cuales inciden
en la disminución de la morbilidad y mortalidad neonatal.
Tales instalaciones están especializadas en la recolección, procesamiento y
control de calidad de la leche humana para su posterior distribución bajo
prescripción médica a los recién nacidos de mayor vulnerabilidad, con el fin de
que reciban una alimentación apropiada a sus necesidades, dijo.
SEM-SEMlac