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¡Salvemos a Nuestra Máxima Casa de Estudios!

  • Gran reto para el Rector Graue Wiechers, su segundo mandato.

Jorge Herrera Valenzuela

SemMéxico. Cd. de México. 22 de de 2019.- Es verdaderamente triste y lamentable que no haya una autoridad que ponga alto a los actos vandálicos que desde hace muchos añostienen como escenario las instalaciones de la Ciudad Universitaria, en la Ciudad de México, principalmente en las instalaciones de la Rectoría. Delincuentes, no estudiantes, están posesionados desde hace veinte años del Auditorio Justo Sierra, en la Facultad de Filosofía y Letras, imponiéndole el nombre de Ernesto “Che” Guevara. Los narcomenudistas operan con libertad.

Hace cuatro años, a los pocos días de asumir la Rectoría de la UNAM, el doctor Enrique Luis Graue Wiechers con mucha claridad expresó que la autonomía universitaria de ninguna manera debe interpretarse como extraterritorialidad geográfica ni jurídica. Recuerdo que procedió a presentar una denuncia ante la entonces Procuraduría General de la República para que se procediera a desalojar al grupo de personas que desde 1999 está posesionado del auditorio más grande y representativo de los universitarios. Nunca hubo una respuesta, tampoco se actuó.

Es oportuno comentar que en su momento los rectores Juan Ramón de la Fuente Ramírez y José Ramón Narro Robles, en sus ejercicios de noviembre de 1999 a noviembre de 2015, también demandaron la intervención de las autoridades. Los gobiernos federal y de la Ciudad de México argumentaron “el respeto a la autonomía universitaria”. La realidad es que no quisieron tener enfrentamientos con profesores y alumnos, pese a los daños que se causan a los estudiantes, los destrozos materiales en las instalaciones, además de manchar la imagen de la UNAM.

Sumado a ese “autogobierno y administración autónoma” que implantaron los delincuentes, porque no son universitarios, los secuestradores del auditorio establecieron “un comedor popular vegetariano” e improvisaron un dormitorio conocido por ellos como “las catacumbas”. Reitero que la autoridad de la UNAM ha insistido en que sean las fuerzas policíacas las que actúen, nada se ha hecho. El Consejo Universitario desde mayo de 2015 solicitó que se procediera a exigir la entrega del recinto. Oídos sordos. 

De septiembre a noviembre de este 2019 en la Ciudad Universitaria se han registrado 8 actos vandálicos, en los que mujeres y hombres encapuchados y vestidos de negro, supongo que son jóvenes, han atacado violentamente las instalaciones del edificio de la Rectoría, la última vez con el pretexto de estar inconformes con la reelección del doctor Graue Wiechers; semanas antes para agredir a un grupo de estudiantes que recordaban un suceso ocurrido un año antes.

Curiosa y coincidentemente esos vándalos son ubicados en el Auditorio Justo Sierra, y recientemente se dijo que fueron ellos los que cerraron el tránsito de vehículos en la Avenida Insurgentes Sur, frente a la Rectoríae hicieron desmanes de todo tipo. En esa ocasión, como en las anteriores a los miembros de ese grupo se les identifica como “anarquista”, siendo en realidad delincuentes. La policía los tiene identificados, pero nada se hace para ponerlos a disposición de las autoridades policíacas o judiciales, según corresponda.

Hay una relación de fechas, de datos precisos, de nombres de los sujetos que delinquen y que no pertenecen a ninguna actividad universitaria, inclusive hay narcomenudistas. El actual secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí, ha declarado que “es evidente que (los vándalos) cuentan con un entrenamiento, saben que herramientas usar, hay líderes y personas que intercambian señales con bocinas y silbatos”. Un investigador universitario dijo que “son grupos de choque que obedecen a cuestiones políticas. Son personas con entrenamiento militar”. Será el sereno, como dicen en mi pueblo, pero la verdad es que ya urge se ponga fin a esta ola de acontecimientos.

El Auditorio Justo Sierra fue inaugurado en 1954, en el inicio de las actividades académicas, culturales y deportivas de la Ciudad Universitaria. Ese recinto fue escenario de conciertos con la participación de los más destacados músicos, intérpretes y orquestas ejecutantes de música clásica. Hoy no tiene butacas, desaparecieron las alfombras, las paredes cubiertas de maderaestán destrozadas. ¿Quién pagará la millonaria restauración?

Nuestra Universidad Nacional Autónoma de México está clasificada entre las mejores 200 del mundo. Tenemos el orgullo de que nuestra Máxima Casa de Estudios seasemillero de investigadores, de científicos, de deportistas, de Premios Nobel y donde profesionalmente se formaron cinco Presidentes de México, en el siglo pasado; también el actual es egresado de esas aulas universitarias.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Alguna de 1014 denuncias que dicen se han presentado, desde hace veinte años, tendrá elementos jurídicos para que actúen la Fiscalía General de la República y la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México? 

jherrerav@live.com.mx

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