Discuten estrategias para atender la violencia de género en IES

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  • El trabajo conjunto la mejor manera de enfrentarla
  • Instituciones, espacios de pensamiento y libertad, no son ajenas al machismo y las violencias de género

Elvira Hernández Carballido y Anakaren Cervantes Contreras

SemMéxico, Cd. de México, 1 noviembre 2019.- “Solamente el trabajo conjunto puede mejorar la situación de las mujeres en las instituciones de educación superior en el país y de esa manera se creará una red de apoyo eficaz”, fue la certeza que reunió a más de cien mujeres que aceptaron la convocatoria de Cuerpos que Importan de la Universidad Autónoma Metropolitana, grupo que se ha caracterizado por su lucha de combatir la violencia en las universidades.

Es por ello que, reunidas en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, dieron a conocer un manifiesto con un número significativo de puntos donde reiteran sus denuncias, advierten su preocupación, sistematizan propuestas y acciones, pero sobre todo insisten en hacer visibles las violencias que se viven en los escenarios universitarios. Cada una de estas claves de reconocimiento y acción surgieron de las mesas de trabajo que se llevaron a cabo en la jornada del día 27 de noviembre.

Desde su convocatoria, el objetivo del evento fue muy claro: “Se busca que sea un espacio reflexivo sobre la experiencia, acciones y estrategias que impulsan los diversos sectores universitarios y centros de investigación superior que han tenido contacto, atendido o apoyado casos de violencia por motivos de género o se vinculan con el diseño y puesta en práctica de acciones o procesos institucionales.

Fue de esta manera como durante la mañana trabajaron sietes meses de discusión y por la tarde tres más, todas regidas por los siguientes ejes.

  1. Acciones institucionales para prevenir, atender y erradicar la violencia de género en las Instituciones de Educación Superior (IES), desde protocolos hasta observatorios.
  2. Mecanismos que dificultan la intervención en torno a la violencia por motivos de género en las IES).
  3. Estrategias y propuestas para desafiar los obstáculos y estrategias de simulación institucional contra la violencia por motivos de género en las IES.

El encuentro dio inicio con la Mesa Especial: Casos paradigmáticos, que moderó una de las organizadoras y además fundadora de “Cuerpos que importan”, María Guadalupe Huacuz Elías (UAM-X). Ella dio voz a cinco mujeres universitarias que han enfrentado a la estructura patriarcal que late en la mayoría de las universidades del país y pese a todo, desde llamadas de atención hasta demandas penales, no han dejado de denunciar los casos de violencia en estas instituciones.

Elsa Patricia Hernández, de la Universidad Autónoma de Juárez (UACJ), destacó que desgraciadamente los alumnos de la universidad viven la violencia desde el momento de su nacimiento, debido a que el estado es uno de los más violentos en el país. Informó que su institución cuenta con una certificación por parte del Instituto de la Mujer, pero que pese a eso siguen padeciendo sexismo como ocurre en el resto de universidades de México. Para reafirmar su postura acerca de cómo es la situación en la UACJ, contó el caso de una docente que fue violada por cuatro de sus colegas, ante lo cual la universidad emitió un comunicado expresando solamente el total apoyo hacia la víctima.

Por su parte, Sandra Estrada Maldonado y Karla Núñez contaron la situación que viven en la Universidad de Guanajuato, la cual comenzó a visibilizarse por la denuncia que emitió una becaria por acoso sexual. Esta acción detonó la creación de la unidad denominada Ugénero y de un protocolo de atención, las cuales hasta la fecha son consideradas Instancias NO operativas. Ante tal situación, las estudiantes decidieron crear el grupo “Alumnas en sororidad”.

Su primera actividad fue una conferencia de prensa en donde denunciaron públicamente a profesores acosadores, lo cual ha desatado una ola de críticas hacia ellas, así como de repudio por parte del resto de la comunidad universitaria. Además, las dos ponentes compartieron que han sido demandadas penalmente por su institución, ya que se les considera las provocadoras y manipuladoras de las acciones de las jóvenes universitarias.

Claudia Domínguez Hernández de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. expuso el caso de tres maestras que sufrieron acoso por parte del coordinador del posgrado en el que se encontraban inscritas, el cual aún después de cinco años sigue sin tener solución.

De acuerdo con la abogada feminista Andrea Medina Rosas, estos casos son muestra de la normalización que existe acerca de la violencia de género que existe en las IES y en el resto del país. Exponerlos permite reconocer los obstáculos que el sistema patriarcal sigue poniendo ante este tipo de situaciones y permite reconocer que pese a la mirada idealista que se puede tener de las universidades, como espacios de pensamiento y libertad, no son ajenas al machismo, al sexismo y las violencias de género.

A continuación, se abrieron las mesas, cada una con una temática específica y en cada una expusieron académicas, alumnas e investigadoras ya sea sus testimonios, sus críticas, sus denuncias y sus propuestas. Fueron 43 ponencias y las expositoras vinieron de todas partes del país, desde Chihuahua hasta Quintana Roo, de regiones del centro como San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Puebla y de instituciones de gran tradición como la UNAM.

Entre las acciones Institucionales para prevenir, atender y erradicar la violencia de género en las IES, si bien se destacó el uso del protocolo como el punto central de acción, también se cuestionó su efectividad y se precisó que no debe de considerarse el objetivo principal, debe ser el punto de partida ni la meta a seguir, si bien representan una forma de acompañar y de guiar en este proceso de denuncia de violencia, es necesario revisar sus contenidos, sus posibilidades y realidades de aplicación.

Se insistió en que lo significativo es la erradicación de esa violencia de género y el protocolo representa un paso para orientar, pero deben surgir otras acciones que apuesten por la erradicación, acciones que pueden ir desde los cursos de sensibilización hasta la presencia de mujeres feministas en puestos de decisión en las universidades quienes enfaticen lo grave del problema, se reconozca y se trabaje en ello. Fue muy reiterativa la advertencia de que las IES crean protocolos, pero aún no saben aplicarlos adecuadamente, en algunas ocasiones porque a las autoridades no les interesa o no lo ven como prioridad.

En otras mesas se bordaron algunos aspectos representativos de logros como lo ha sido el de la Ley Olimpia, la cual contempla un paquete de reformas que sancionaran, previenen y visibilizan la Violencia Digital. De igual manera, se reconoció lo difícil que resulta destacar esos avances porque debido a las estructuras burocráticas existentes en las universidades se crean círculos viciosos cada que hay cambio de jefes y cada uno renueva/cambia o crea programas para abordar la violencia de género, lo que provoca que los avances de uno se pierdan cuando sale del cargo designado.

Se advirtió que es bastante común que los estudiantes universitarios no logren identificar las diferentes situaciones de violencia a las que están expuestos, pero cuando las reconocen y denuncian, les desespera y decepciona la reacción de las autoridades, quienes en vez de involucrarse y atender la problemática, niegan, desmienten o amenazan a las denunciantes, por lo que una parte de la comunidad universitaria han decidido ejercer presión por medio de marchas, carteles y frases escritas en paredes de las instituciones, así también como campañas en redes sociales para informar de lo que sucede.

Fue muy representativo que la comunidad LGTTTIQ+ insistiera en que resulta impostergable el reconocimiento de su existencia en la comunidad estudiantil, pues advirtieron que la heteronormatividad sigue siendo hegemónica e inclusive, se sigue castigando la otredad, lo ajeno y diferente, predominando un sesgo cultural. Por ello, insistieron que se debe reconocer también la violencia de género hacia orientaciones sexo-afectivas no heterosexuales en el ámbito universitario y crearse espacios seguros para las diversidades sexuales.

Estos prejuicios sexistas que, debe reconocerse, también laten en una universidad, son determinantes para advertir las diferencias entre cómo se percibe la violencia hacia los hombres y hacia las mujeres, debido a que prevalece la ideología de que la mujer es sensible, sumisa, tiene un instinto maternal y es dócil por naturaleza, mientras que a los hombres se les considera, fuertes, inteligentes, agresivos, rudos e insensible por la misma razón.

A juicio de varias ponentes, el trabajo social feminista busca develar la forma en cómo el patriarcado instaura como algo natural la dominación de la mujer por el hombre. Por eso, una constante en sus presentaciones fue la insistencia en que la mejor forma de obtener resultados es identificar la raíz del problema y actuar sobre ello.

Si bien todas las mesas fueron interesantes, destacó la titulada “Mecanismos que dificultan la intervención en torno a la violencia por motivos de género en las IES”, donde con argumentos y discursos claros se enumeraron los siguientes puntos:

● Las universidades deben incluir en los planes de estudios materias con perspectiva de género.

● A través de campañas persuadir hacia una desnaturalización de las prácticas de violencia así como aprender a identificarlas.

● Lograr que se dejen de justificar algunas prácticas de violencia con el llamado “amor romántico”

● Estar conscientes de que las mujeres sufren violencia en los diferentes niveles dentro de las IES: estudiantes, administrativas y académicas.

● Tratar de que cuando alguien presente una denuncia por acoso/violencia, se entienda que es en contra de una persona y no de la Institución.

● Las dificultades a las que también se enfrentan las IES al tratar la violencia dentro de las instalaciones y la violencia fuera de las instalaciones.

En las mesas vespertinas el tono y el eje siguió con el mismo ritmo, se reiteró que
la mayoría de protocolos no funcionan porque los que tienen la decisión de crearlos y aplicarlos son hombres, los cuales en casi nunca comprenden al 100% lo que realmente es violencia de género.

Se advirtió que el tener las IES diferentes Facultades o Institutos en diferentes puntos de la entidad es difícil que se tenga una buena comunicación para actuar de la misma manera ante las situaciones de violencia de género.

Precisaron que está comprobado, por medio de encuestas, que las denuncias no siempre tienen el acompañamiento adecuado por parte de la institución, para lograr que se haga justicia y se deje de revictimizar a las personas que se atreven a denunciar. Una de las causas por las que la violencia es permitida en la las IES es debido a la falta de preparación adecuada del personal, tanto docentes como administrativos.

Fue muy representativo señalar que el miedo a perder el honor/prestigio de las IES es lo que muchas veces evita que se castigue o se dé a conocer la violencia de género dentro de las mismas, lo que obliga a la víctima a seguir conviviendo con su agresor. Aunque, también influye que en la mayoría de IES no se tenga un recurso específico destinado a la erradicación de violencia de género.

La jornada de este encuentro cerró con una plenaria donde cada mesa hizo una relatoría de las ponencias presentadas y de cada uno de esos resúmenes se tomaron tres puntos significativos para hacer un manifiesto que exige a las instituciones de educación superior comprometerse de manera clara y consciente, estudiada y respetuosa, activa y decida a discutir y crear estrategias de intervención a la violencia por motivos de género en las instituciones de educación superior.

El comité organizador, integrado por Cuerpos que Importan, la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo mostró su satisfacción con los resultados del encuentro y consideraron que todavía hay mucha tarea que realizar, pero la certeza de lograr erradicar la violencia de género en las universidades ya nada la podrá detener y con este trabajo demuestran que efectivamente, el trabajo conjunto puede mejorar la situación de las mujeres en las instituciones de educación superior en el país y de esa manera se creará una red de apoyo eficaz

SEM/eh

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