El florero y el aguayo en el gobierno

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  • Las reivindicaciones feministas y las indigenistas en segundo plano en Bolivia

Por Drina Ergueta

SemMéxico. 10 de diciembre de 2019. La Paz-Bolivia. ¿Es Janine Añez en Bolivia una presidenta “florero”? y los aguayos, ponchos o polleras que de tanto en tanto se ven en los actos gubernamentales ¿son las notas de “color”, las “manchas” indígenas, en un contenido humano nuevamente europeizado, “q’aratizado” y colonizador?

La participación femenina en espacios de poder de pronto se ha hecho mucho más visible a raíz de la llegada a la presidencia (de manera interina o autoproclamada o de facto) de parte de Añez, a la que se suma la de la hoy opositora Eva Copa que asumió como presidenta del Senado. Ambas, en esos puestos, son producto de una improbabilidad hecha realidad luego de la crisis política de las últimas siete semanas.

Por otra parte, el tema de la participación o representación indígena en estos espacios de poder no es un asunto que importe poco, si se es consciente de la realidad boliviana y de la fuerza alcanzada en las últimas décadas por esta población mayoritaria y marginada desde hace siglos. Un ejemplo es que el candidato (ya dijo que lo sería) a las próximas elecciones Carlos Mesa, en su última columna de opinión, se refiere a lo que llama “el desafío más complejo” y, además, “el primero” para su propuesta política que es “el cierre de la brecha étnica”, lo que conlleva también “la articulación entre mundo rural y mundo urbano”.

Las luchas contra la discriminación racial son largas y globales. En 1851, durante las luchas abolicionistas del esclavismo en Estados Unidos, Sojourner Truth (Isabella Baumfree), en un potente y famoso discurso, preguntaba “¿Acaso yo no soy una mujer?” y restregaba así su verdad a mujeres blancas congregadas en una convención: no sólo era negra, era también mujer. Además, establece con esa frase lo que 130 años más tarde Ángela Davis definiría como la triple opresión de clase, género y raza.

La discriminación histórica de las mujeres en la sociedad y la discriminación por razón de raza o etnia son asuntos que, si son tocados, suelen ir separados e ignorada su relación o cruce permanente con el de clase social. Es así que, por ejemplo, en el campo político partidista boliviano la ideología dominante del eje derecha-izquierda históricamente no ha tomado en cuenta a las propuestas indianistas o kataristas, a no ser que sean añadidos de tipo “ornamental”; mientras que las mujeres han estado muy relegadas a un segundo y tercer plano en la política.

En las últimas tres gestiones de gobierno, con los mandatos de Evo Morales, hubo cambios en estos aspectos: la obligatoriedad de la participación paritaria de las mujeres en el Parlamento es una de ellas. Aunque desde parte del feminismo se haya objetado que dicha paridad no hacía que las mujeres dejen de ser “florero” o “levantamanos” en un mundo masculino, es evidente que Añez y Copa son producto de ello y que, a pesar del cómo es que llegaron al cargo y de la posición política que defienden, hacen lo que haría cualquier varón y con muestras de que tienen pensamiento propio, aunque siempre funcionales a sus partidos.

Por otra parte, es interesante observar que quienes inicialmente se vieron ilusionados por la llegada de un indígena, Morales, al poder, acabaron criticando el uso simbólico de algunos elementos indígenas en lo que se llamó el pachamamismo o, despectivamente, “pachamamadas”. Sin embargo, al margen de los movimientos reivindicativos de lo indio, quienes son aimaras o quechuas o parte de este multiculturalismo indígena tienen hoy otra visión del Estado del que tenían hace más de 14 años. Llegar al poder es posible.

En el actual gobierno muy blanqueado y muy masculino, especialmente en lo que a ideología toca, a pesar de la presidenta Añez y la ministra con pollera Marta Yujra, lo que se refiere a feminismo o a lo indígena es inexistente. Ambos pensamientos reivindicativos se han fortalecido en las últimas décadas y cualquier propuesta de gobierno debe tomarlos en cuenta en las políticas a aplicar si quiere tener una representación real de lo boliviano.

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