Por la Cuarta

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De la crisis a la oportunidad

Enriqueta Burelo Melgar

SemMéxico. 06 de febrero 2020.- Un día me tocó a entrevistar a un grupo de mujeres jóvenes a quienes se les había detectado VIH Sida, ellas habían sido contagiadas por su pareja y lo sorprendente del caso, es que en lugar de sentarse a llorar y rumiar su desgracia, se convirtieron en líderes de su vida y de mujeres que se encontraban en la misma situación que ellas, y encontraron en la enfermedad una nueva oportunidad de vida, y ahora pueden dividir su vida  antes y después del VIH SIDA.  Antes de ello sobrevivían más que vivían, víctimas del maltrato e infidelidad de sus parejas, días grises, asumiendo su papel de amas de casa, de madres de familia, sin ningún aliciente que las animara a emprender una nueva vida, un nuevo comienzo.

De repente el VIH SIDA las hizo famosas, las instituciones y organizaciones sociales se acercaron a ellas, las invitaron a talleres, empezaron a dar entrevistas y testimonios, desarrollaron competencias, algunas conservaron su matrimonio y otras le dijeron adiós a una pareja que las puso al borde de la muerte.

Otra enfermedad que ha arrasado con la vida de miles de mujeres, que simplemente desde que te dan el  diagnóstico es como si emitieran una sentencia de muerte, pero a pesar de que el cáncer de mama cabalga como jinete del apocalipsis, las mujeres se han enfrentado a el, y en muchos casos han salido victoriosas, no sin dejar en el camino parte de los símbolos de la belleza femenina, senos mutilados, cabezas rapadas, piel ceniza, y en ocasiones como el caso de Blanca, esta se enfrentó a una doble apuesta por la vida: Blanca con cáncer de mama y su esposo con una insuficiencia renal y como esos memes ácidos de Merlina, la apuesta de ambos era quien moriría primero y que es lo que iban a hacer posteriormente. El primero en fallecer fue su esposo, un golpe duro a su vida y el cáncer al que ya le había ganado, una primera batalla, aparece de nueva cuenta, como un cobrador a quien se le adeuda algo: “Ahora fue diferente vivir el cáncer”, tras la muerte de su esposo se unió a una asociación de mujeres sobrevivientes de cáncer. “El apoyo de la asociación es diferente al de la familia, son mujeres que han vivido lo mismo que yo, saben el idioma que estamos hablando, saben lo que sentimos”  y confiesa que la vida se vive muy diferente después de estar tan cerquita de la muerte, “las cicatrices son una muestra de las batallas ganadas”, es por eso que Blanca se ha rehusado a que le realicen una reconstrucción del seno, “verme al espejo me recuerda la fortaleza que tengo y que a partir de ahí veo la vida diferente”.

Una joven a la que llamaré Z, cada día libra una batalla contra la depresión y que mejor terapia que brindar su testimonio, para que otras mujeres comprendan que lo que están sintiendo requiere ayuda, que no se quita con un tequila o un nuevo vestido, de esta manera Z, ha encontrado una causa de vida que antes de la depresión no tenía.

Una oportunidad dolorosa, trágica, que la dejo sim entrañas fue la desaparición de su hijo Jesús Ibarra de Piedra, su búsqueda  se convirtió en la razón de su vida, crea el Comité Eureka, candidata a la Presidencia de la Republica, diputada, senadora, ha dedicado su vida a las causas sociales,  la pérdida de su hijo, fue la razón de su lucha, sublima su dolor.

Martha, una estudiante universitaria de origen danés, sufrió un ataque sexual y los sentimientos de pánico y ansiedad la acompañaron durante algunos meses, pudo dejarse ahogar en las profundidades de la depresión y la locura, sin embargo, el coraje, la indignación por lo sufrido, los canalizó a través de un videojuego llamado Autumn, que creo con el apoyo de un compañero que ayuda a superar el estrés postraumático de una violación, a través de este juego Martha busca eliminar el estigma y cambiar la manera en que se habla de la violación.

Las crisis por las que las mujeres atravesamos son diversas, enfermedades, duelos, violencias diversas, divorcios, adicciones, depresión, perdidas económicas, sin embargo, tenemos una riqueza interior que nos permite mantenernos de pie, y darle a nuestra vida, un nuevo sentido, de compromiso y responsabilidad con nosotras mismas y otras mujeres.

Aquí cabe lo señalado por Marcela Lagarde: Es notable ver, de manera paralela, la acción reparadora de unas mujeres con otras, cuando legitiman, apoyan y tratan de manera solidaria, terapéutica y ciudadana, a otras mujeres, víctimas de la violencia sexual, la guerra, la explotación, el maltrato conyugal y familiar, la discriminación política, la pobreza y la precariedad. Hoy dedicamos gran parte de nuestras energías vitales a nuestro fortalecimiento personal, porque todas estamos dañadas por vivir en un mundo que coloca a las mujeres bajo dominio. Hoy sabemos que estamos en riesgo y por eso también nos preparamos para evitarlo y eliminarlo.

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