- Escuelas privadas niegan el ingreso a adolescente por “no contar con las instalaciones adecuadas”
- Llevan casi dos años en espera de una respuesta
Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Cd. de México, 28 de febrero 2020.- Vale tiene 17 años, hace casi dos años terminó la secundaria, pero la discriminación impide poder seguir con sus estudios de preparatoria.
Una discapacidad motriz es la razón por la que no ha sido aceptada en instituciones privadas donde su familia ha tratado de inscribirla, aunque su primera opción fue un bachillerato de la UNAM, donde lamentablemente no pasó el examen de admisión.
La no asistencia a la escuela ha provocado depresión en la adolescente, refiere su madre Blanca Fuentes quien ha hecho todo un periplo en las instituciones educativas sin tener resultado, además, de un camino igual de largo en el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México.
A finales de septiembre de 2018, optaron por la escuela privada, por lo que acudieron al Centro Universitario México (CUM) de Benito Juárez, donde la institución decidió que estaría a prueba en Casa Shalom del CUM, donde asisten niños y niñas con discapacidad.
Un mes después les informaron, una maestra porque el director no podía atenderla, que no podían aceptar a su hija porque no tenía discapacidad mental y tampoco podían recibirla en la escuela regular porque no contaban con la infraestructura adecuada, por tanto dijeron no harían las adecuaciones solo por una persona.
En enero de 2019 volvieron a insistir, esta vez en el CUM Tláhuac, primero telefónicamente y de manera presencial en febrero del mismo año, pero la respuesta fue la misma: no tenían instalaciones adecuadas por lo que Vale no sería aceptada nuevamente, sin ni siquiera aplicarle el examen de admisión.
Solicitó la intervención del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México, luego de que su hija estaba siendo discriminada por la institución de educación.
También en septiembre de 2018 hizo la solicitud de ingreso a la escuela preparatoria de la Universidad del Valle de México (UVM), plantel Coyoacán, y al plantel Roma. En la primera dijeron que no tenían infraestructura adecuada para recibir a la adolescente que entonces tenía 15 años. El pretexto fue que se había pasado el tiempo de las inscripciones, la realidad es que nunca hicieron el baño para personas con discacidad.
¿Y la inclusión? Pregunta la mamá de Vale.
En el plantel Roma le advirtieron que en caso de sismo Vale debía aprender a replegarse y a permanecer sola, además de que los laboratorios se encontraban en el segundo y tercer piso.
Frente a esa respuesta Blanca Fuentes su madre optó por no inscribir a su hija en dicha institución.
En agosto de 2019, la UVM, plantel Tláhuac Sur, la directora del plantel, María Eugenia Mier Ortega, le indicó que evaluarían su caso. Después le aseguró que el personal docente estaba de acuerdo y aceptarían “el reto”, incluso verían qué modificaciones tendrían que hacer a las instalaciones y que la madre de Vale fungiera como sombra, lo que debía aprobar la Rectoría.
Sin embargo, en septiembre de 2019 le informaron que la Rectoría de la UVM no había autorizado el ingreso de la niña porque no habían realizado el trámite legal para la asistencia de sombra y que volviera el próximo año.
Blanca Fuentes está a la espera de la respuesta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México, situación que ha provocado una depresión en su hija y desesperación ante la posible violación a su derecho a la educación.
Cabe señalar que en México, de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2010, había en el Distrito Federal 483 mil 45 personas con discapacidad, representando el 5.46 por ciento del total de loshabitantes, de las cuales 56.9 por ciento son mujeres y 43.1por ciento, hombres.
Por condición de limitación en la actividad, la de movilidad es la más frecuente en el Distrito Federal representando un 60.2 por ciento, la más alta de todas las discapacidades.
SEM/sj
