Alcances inimaginables de la violencia de género

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  • Nos recordarán como una sociedad que hirió de gravedad la paz en las familias. Como una sociedad que rasgó el tejido social y no lo reparó.

Redacción

SemMéxico, Ciudad de México, 26 de enero del 2023.- La violencia de género lastima más que el rostro, el cuerpo, la dignidad, el amor y seguridad propios, trasciende a la familia, se contagia a las hijas, hijos que ya están y a las y los que están por venir. Ni las víctimas, ni los violentadores y menos las autoridades dimensionan la cantidad de generaciones que se están lacerando. Psicología Transgeneracional, tema del que poco se habla y mucho afecta. A continuación se comparte texto íntegro. 

La violencia de género sin fecha de caducidad:

La psicología transgeneracional como alternativa para la conciencia de paz

Raquel Schlosser Stavchansky

(En la versión del libro Kindle deberá buscar directamente en la red los links) https://youtu.be/ggxqhMvixfc

Cien años de vivir en violencia de género

Resultados del Modelo de la Investigación Multigeneracional desde la perspectiva de la Psicología Transgeneracional

Nos recordarán como una sociedad que hirió de gravedad la paz en las familias.

¿Cómo será descrita esta sociedad desde el futuro?

Como una sociedad que rasgó el tejido social y no lo reparó.

La psicología ya había advertido que las consecuencias de las violencias regulan de manera invisible la forma de traducir la interacción humana. Alteran la percepción a partir de sentimientos paradójicos ocultos de venganza y culpa. Crea compromisos secretos de lealtades familiares, que se transmiten en el tiempo y acumulan deudas para las siguientes generaciones. Las investigaciones sobre el tema arrojaron con claridad que las violencias hieren la convivencia pacífica, alteran las interacciones personales, confunden las percepciones, trastornan la subjetividad, deterioran la autoestima, producen bajo aprovechamiento académico, merman las relaciones sociales dentro y fuera de los planteles escolares, se expresan con agresiones en los espacios públicos y deterioran las relaciones familiares.

No toda persona sucumbe. La fuerza de recuperación, la resiliencia, es una fuente de aliento pero es la excepción, no la regla. No entenderán por qué no protegimos a las infancias. Frente a los eventos traumatizantes que son continuos en la niñez, la rehabilitación emocional y afectiva es limitada; quedan cicatrices ocultas debajo de la piel, y el corazón astillado, se transmite entre las generaciones.

Mirarán lo que ya sabíamos: atacamos nuestra paz interior y exterior con la complicidad del silencio y el deterioro inminente del tejido social. Se preguntarán: ¿En qué espacio fueron criados los seres que arrebataron el sueño de tantas familias? ¿Por qué no hicimos lo suficiente para prevenir y reparar? ¿Qué había detrás de permitir tanta crueldad?¿Por qué crearon cadenas de encubrimiento en las instituciones, en el ejercicio de las leyes, en las familias? Una pregunta importante que se harán es: ¿Cuál fue la descomposición del tejido social que produjo violentadores capaces de hacer realidad las peores pesadillas de las familias?

Había familias que vivían sus ciclos de equilibrio y desequilibrio dentro de los márgenes del movimiento natural de la vida. Transitaban con sus amores, hasta que alguien irrumpió en su camino y trastocó todas las capas de su convivencia: desparecen a una hija para la esclavitud sexual, matan al padre por venganzas familiares y la familia escapa, unen en matrimonio a una niña con su violador por los prejuicios, silencian a un niño y una niña por el abuso sexual de su abuelo y guardan el secreto; un violador familiar embaraza a una adolescente, la esconden y regalan al bebé; hombres tienen familias paralelas ocultas, dejan de alimentar a sus hijas e hijos si la pareja se separa; se utilizan el lenguaje para humillar… Sabíamos que la violencia de género altera los procesos mentales, merma la capacidad de relacionarse, perturba la salud física, las relaciones laborales, la productividad en el trabajo; expone a conductas de riesgo y menoscaba la red de afectos y de consanguinidad, entre muchas otras implicaciones. Deja huellas profundas, ya que tienen efectos intrapsíquicos, intergeneracionales y transgeneracionales.

¡Seremos una sociedad juzgada con severidad!

¿Cómo será recordada nuestra sociedad?

Como una sociedad analfabeta de las estadísticas. Como una sociedad que negó sus propios resultados de investigación. Se preguntarán en el futuro por qué omitimos que la violencia de género tiene consecuencias transversales a largo plazo en el sistema familiar, educativo, comunitario, político, de salud, psicológico y de justicia. Su impacto es demoledor. No consideramos los costos incuantificables que se manifiestan en la vida cotidiana y crean herencias futuras en sus descendientes, porque los efectos de las personas heridas, trascienden en el tiempo.

La violencia de género tiene terribles efectos a largo plazo. Los estudios de epigenética de Rachel Jehuda en 2018, afirmaron que la exposición al estrés constante y sostenido (como el de las violencias políticas, sociales y la tortura sexual infantil entre otras), se transmite al menos en tres generaciones y tienen un referente en el cuerpo, cambia la producción de cortisol que aparece en el estrés post traumático, y apareció también en las y los hijos de madres que lo sufrieron.

¿Cómo seremos vistos en el futuro? Como la sociedad que midió la violencia, le dio seguimiento y no dio solución. Verán que era un problema de dimensión nacional e internacional, endémico y sistémico. Sabrán en el futuro que el cautiverio durante la pandemia de Covid-19 dejó ver sus efectos con el aumento promedio del 300 por ciento de la violencia familiar y la violencia sexual a nivel mundial.

Quizá, más bien, visibilizó la dimensión real del problema subdeclarado. No entenderán como es que gastamos miles de pesos y produjimos datos claros, y no invertimos en las soluciones, y si lo hicimos, fue en centavos para atajar sus consecuencias. Sabrán que nuestro descuido hizo que un problema tan grave por sí mismo, creciera exponencialmente.

Las cifras claramente retrataban la realidad del deterioro social. Desde el futuro, incrédulos, revisarán de nuevo los datos oficiales.

Analizarán la Nota Ejecutiva de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares – ENDIREH 2021. Sus datos decían: En México, 70.1 % de las mujeres de 15 años y más ha experimentado, al menos, una situación de violencia a lo largo de la vida. La violencia psicológica fue la de mayor prevalencia (51.6 %), seguida de la violencia sexual (49.7 %). En el ámbito comunitario es donde viven mayor violencia (45.6 %), seguido de la relación de pareja (39.9 %).

Entre octubre de 2020 y octubre de 2021, 42.8 % de las mujeres de 15 años y más experimentó, al menos, una situación de violencia. Destaca la violencia psicológica como la más alta (29.4 %), seguida de la violencia sexual (23.3 %). La violencia contra las mujeres se presentó en mayor porcentaje en el ámbito comunitario (22.4 %), seguido de la laboral (20.8 %). 41.8 % de las mujeres de 15 años y más experimentó algún incidente de violencia en la infancia. La principal persona agresora fue un tío o tía. De octubre 2020 a octubre de 2021, 14.6 % de las mujeres de 60 años y más experimentó algún incidente de violencia, mientras que 41.5 % de las mujeres con algún tipo de discapacidad, experimentó algún incidente de violencia. Alrededor de 5.2 % de las mujeres de 15 años y más percibió que los conflictos en su relación de pareja iniciaron o aumentaron durante la emergencia sanitaria por la Covid-19. En el ámbito familiar, la cifra ascendió a 8.5 %

También sabrán que las cifras oficiales representan menos del 2 por ciento del problema porque las víctimas no denunciaban por miedo a un sistema de justicia injusto. Harán los vergonzosos cálculos correctos. Será indignante que se den cuenta que esta fue una sociedad informada que omitió sus propios datos. No entenderán para qué lo medimos si no lo resolvimos, porque las estadísticas aún en su mínimo número, nos hablaban de la magnitud del problema y lo minimizamos. ¡Seremos juzgados con dureza!

Nos recordarán como una sociedad que empeñó la salud integral de la infancia, omitiendo la magnitud del impacto de la tortura sexual infantil

Nos recordarán como una sociedad con dislexia grave, que no aprende, que voltea las letras de la realidad para escribir otra, y mira de cabeza el mundo con los prejuicios que construyó sobre el cuerpo y la sexualidad.

La pandemia transparentó las paredes de las casas. EN 2020 y 2021 aumentó la violencia sexual, y en el cautiverio de Covid-19, las criaturas quedaron atrapadas con el agresor. Ya era antes un problema grave, -como vimos en ENDHIRE-, los agresores eran familiares cercanos en los que se confiaba, que dejó impacto en el sistema psíquico de quienes la padecieron, así como de quienes la presenciaron. Testigas/os y víctimas fueron afectados con depresiones, suicidios, sumisión en los vínculo, fobias, parálisis social, angustias. La tortura sexual era un tema desdibujado del discurso oficial y de la justicia. Fue siempre denunciado por grupos feministas que tenían otros datos.

Los estudios ya habían gritado lo abominable de la tortura sexual infantil. La confusión entre ternura y erotismo, el secuestro de la seguridad en la percepción, también miedos inexplicables porque los torturadores sexuales lo logran a través de amenazas expresas o sutiles (Ferenczi 1933). Seremos recordados como adultos que no creyeron en la palabra de las y los infantes cuando se atrevieron a hablar y denunciar a un familiar. Seremos recordados como quienes expusieron en las comidas familiares de domingo, por muchas años más, al niño o la niña con su torturador. Daños incuantificables e interminables para esconder la sexualidad deteriorada de un miembro familiar por vergüenza o para proteger al padre, al hermano, al abuelo o alguien cercano a la familia.

https://www.youtube.com/ watch?v=AgIpWzKvCYA

¿Se preguntarán si considerábamos que las y los infantes no eran parte de la familia? Porque solo defendían a la figura patriarcal.

Irán al acervo de datos de las revistas especializadas. Encontrarán en los buscadores los artículos sobre violencia de género escolar, laboral y familiar. Ubicarán miles de artículos elaborados metodológicamente a prueba de balas, algunos de estos fueron estudios transversales que tomaron varios años. Se darán cuenta que coincidían entre sí los resultados de todas las investigaciones: La violencia sostenida en el tiempo es letal y hiere de gravedad todos los sistemas humanos. Será una incógnita irresoluble para quienes nos miran desde el futuro:

¿Cómo es que omitieron todos los resultados de sus investigaciones? Será diagnosticada nuestra sociedad con un síndrome de Ceguera socio- emocional-político-jurídico, curable con prevención, valentía y respeto a la dignidad humana, pero contra el cual voluntariamente no tomamos el antídoto. Nos recordarán como la sociedad que omitió los vastos conocimientos sobre el origen de los síntomas de niñas y niños que fueron abusados, mejor dicho torturados sexualmente, y que los costos llegaron al sistema de salud con migrañas, problemas digestivos e insomnio, dolores en el cuerpo, por tener que sobrepensar, por no poder digerir la rabia guardada, por tener miedo por su vida y quedarse alerta con el insomnio que acompaña sus noches, o parálisis emocional por las marcas de los golpes. También se desorganizaron los lugares de víctima y victimario. Se enmascaró a los agresores, se les solapó. Se hizo sentir a las víctimas infantiles culpables, avergonzadas y humilladas. Las amordazaron. Con la injusticia garantizaron la siembra del dolor físico y mental, que con el tiempo siempre crece, se hospeda en la memoria inconsciente, queda imperceptiblemente tatuada y se transmite a las siguientes generaciones. Los silencios forzados siempre se escuchan en ecos de síntomas en el futuro.

Nos recordarán, como lo dijo Segato, como quienes transgredieron el cuerpo de mujer convirtiéndolo en territorio de guerra.

Vamos a ser recordada como una sociedad con un diccionario de la crueldad

Dejé testimonio de esto en un libro publicado en 2023 basado en mi tesis doctoral https://psicologiatransgeneracional.com/raquel-schlosser/ Cuando vi lo que sucedía con las violencias y atendí a cientos de personas que sufrían sus consecuencias (con la perspectiva de la Psicología Transgeneracional, https:// www.youtube.com/watch?v=w3dsaNFn8Fc ) Constelaciones Familiares y diseñé un método de investigación-acción multigeneracional, para detectar la permanencia de las violencias en el tiempo. Lo apliqué en una escuela de aproximadamente 800 alumnas y alumnos en una zona conflictiva de Oaxaca, México, con alumnado de 5 a 17 años.

Nombraron 170 formas distintas de violencias vividas, y se repetían en tres generaciones; desde la niñez de sus abuelas hasta este grupo de edad. Al hacer la cuenta hablamos de 100 años de las mismas violencias familiares y de género.

¿Qué cambió en 100 años? Que las pudieron nombrar, que las identificaron como los tipos de violencia. Tendremos que aceptar la crítica de que éramos una sociedad que pervirtió el lenguaje.

Me sorprendió un hallazgo. Las desapariciones fueron mencionadas en todos los grupos. La palabra me taladró el sueño. Sospeché que había una red de trata y la encontré en el internet donde aparecía el nombre del pueblo.sex. Avisé a quienes me contrataron en el sistema educativo y la policía cibernética con eficiencia bloqueó el sitio. Oficialmente entregué los resultados de la investigación cualitativa sobre todas las formas de violencia que vivían las y los jóvenes y que estaban arraigadas en al menos cuatro generaciones.

Fueron cancelados los fondos para la segunda parte de a la intervención, que era apoyo psicológico y soluciones aplicables con las instituciones que ya existían.

Cortaron el presupuesto. Mi deuda con el alumnado y la información tan preciada sobre la investigación multigeneracional de la violencia de género que diseñé y apliqué, me llevó a crear un Modelo de Formación de Comunidades de Paz.

Diseñé una investigación cualitativa multigeneracional de las violencias de género, sobre las formas de violencia vividas en tres generaciones. Concebí además, un entrenamiento especializado para conformar Embajador@s de Comunidades de Paz en el sistema educativo. Sabrán en el futuro que hubo intentos de profesionales de la sociedad civil comprometidos con la pacificación. El mío es uno de muchos. https://psicologiatransgeneracional.com/raquel-schlosser/

Nos recordarán en el futuro como una sociedad que empeñó el futuro de la infancia y la adolescencia

¿Qué pasó con la comunidad educativa que tenía de 15 a 17años? Cuando hice la investigación multigeneracional, en el plantel me identificaron como la líder del grupo. Tuve que caminar con un morral abierto porque me metían cartas, mensajes, información sensible. Hasta de nombres de los maestros que ofrecían puntos para meter las manos a los calzones. Tenían además un reglamento interno, por encima del institucional, donde decía que las niñas no podían tener la falda por arriba de las rodillas (seguramente porque provocaban a algunos de los maestros ya marcados como agresores sexuales). La violencia sexual en todo su esplendor. Tolerada en el ambiente educativo. Perpetuada y solapada.

Indagamos sobre los lugares donde se sentían inseguras/os: resultó que en la sala de maestros. Supimos que había testigas del personal administrativo que por cuidar su plaza nunca dijeron nada, y que quienes hablaron perdieron sus plazas y fueron amenazadas por autoridades educativas cómplices de esta barbarie. Investigué sobre la geografía de la violencia y curiosamente todo el alumnado sabía dónde ocurría. Mencionaron la parte de atrás de una tienda donde sabían que llevaban a las niñas y adolescentes a violarlas. ¿Si el alumnado lo sabía, las autoridades lo ignoraban? ¿Cómo les afectó al estar en estrés crónico tanto en la escuela como en la casa donde declaraban violencia familiar y en su comunidad? Había alumnas que dijeron: “A mí me educaron diferente y no me dejé de mi maestro, llevaba 10 de calificación y me puso 6, ahora ¿cómo voy a competir para mi beca de chef con los de la Ciudad de México? Era una chica de comunidades indígenas que con grandes esfuerzos la familia la sostenía lejos. La violación más grande fue arrebatarle su futuro. No fue la única alumna, pero todas estaban amenazadas de no denunciarlo. ¿Sabemos en cuántas escuelas sucedió esto? ¿A cuántas niñas, niños y adolescentes les robaron sus sueños? ¿Por qué no lo indagaron? ¿A qué intereses servía esta cruel omisión?

Por cierto que debo aclarar que los abusos y costumbres relacionados con la venta de niñas, evidentemente dejó fuera sus voces y no estuvieron contabilizadas, porque no tienen acceso al sistema educativo. Ellas quedaron mudas y borradas del estudio. Los silencios también aparecieron en la violencia nombrada como Desaparecidas, la escribo con mayúscula porque cada una es un nombre propio. ¿Desapariciones? Fuimos una sociedad que ideologizó el lenguaje y le quitó el peso a la violencia para naturalizarla. Es una neutralización en el lenguaje de la violencia hablar de Desapariciones, nadie se difumina en el aire, quienes “Están Desaparecidas”, como decían, están en algún lado como esclavas sexuales, laborales o para otro tipo de violencia. ¿Cuántas familias padecieron la procreación con violencia sexual y de género en estos abusos y costumbres? https://www.youtube.com/watch?v=_aIjFinZhhc

Sabrán en el futuro que muchas escuelas de la psicología clínica y de trauma fueron creadas para atender la destrucción de la violencia. ¿Cuántas metodologías nuevas se requieren para reparar la profundidad del daño, si es que se puede? Las familias nunca se reponen de las pérdidas de la violencia y los duelos se vuelven eternos y multigeneracionales.

Nos recordarán en el futuro como una sociedad con drenaje en las redes sociales

Sabrán que teníamos redes sociales para conectar personas en el mundo, pero se pervirtieron. Se usaron para exigir pruebas de amor explotando la baja autoestima de las niñas y luego difundirlas. Se volvió un lugar de venta de niñas para esclavitud sexual. Un espacio oculto para venta de órganos. Se volvió un lugar de pederastas que tenían sus redes negras Dark Web para exhibir a sus víctimas secuestradas y ofrecerlas en venta o alquiler a sus depredadores. Trastocaron las herencias familiares impunemente vendiendo óvulos fecundados de sus pacientes a otros médicos, para inseminar a sus propios pacientes. No les importó saber que la herencia de las enfermedades se transmite, que las memorias familiares integran a todos/as los miembros del sistema y que tener un sistema fraterno oculto tiene efectos sistémicos y transgeneracionales, de acuerdo a los estudios basados en los Órdenes del Amor de Hellinger, los de Schutzemberger y otros. Increíbles las miserables acciones.

Vamos a ser recordada como una sociedad que neutralizó con lenguajes psicológicos los asaltos de la violencia

Grandes teorías psicológicas se hicieron para sanar el trauma de guerra. El síndrome de estrés postraumático, pudo salvar muchas mentes, mientras que otras quedaron atrapadas en las imágenes del terror. Distintas metodologías fueron creadas para apagar el fuego de las consecuencias de la violencia de género y sexual. Hay a quienes admiro porque le dieron el nombre sociopsicológico: Ferenzci habló desde 1933 del terrorismo del sufrimiento. Vamik Volkan creó el término de ADN-psicológico provocado por las violencias. Está asociado a las herencias violentas en las comunidades humanas, y habla de la trasposición multigeneracional debido a que las imágenes de dolor que son una herida grupal, emigran a las siguientes generaciones que la heredan.

Los problemas graves los adjudicaba erróneamente la psicología a los duelos abiertos, y desde allí se trataban: cerrar el duelo abierto. Hay duelos que jamás se cierran. Son resistentes al paso del tiempo. Los duelos por muertes trágicas, pérdidas de algún miembro por asesinatos, feminicidio, violaciones, violencia sexual infantil, venganzas entre familias en comunidades que se matan mutuamente, migraciones forzadas por discriminación etc. El origen del dolor no eran los duelos abiertos, más bien era la consecuencia de las injusticias, la discriminación, la pobreza, y la aplicación de los prejuicios como verdades.

Duelos abiertos por generaciones traen los secuestros, la trata, la esclavitud sexual, los matrimonios forzados de menores de edad con sus violadores, las migraciones por persecuciones étnicas o religiosas, el matrimonio infantil, los embarazos por violación, el incesto y sus escandalosos silencios cómplices, y más.

En 2022 llevaba yo un cuarto de siglo trabajando con las Constelaciones Familiares. Estuve con Bert Hellinger desde 1999 hasta 2007 viajando y abrevando de la fuente, le traduje libros, le organicé grandes eventos, viajé con él tres o cuatro veces al año a cualquier lugar donde le tradujeran al inglés, fui también su traductora simultánea en diversos congresos, cursos, conferencias y dos libros. La perspectiva sobre la transmisión de la violencia sin fecha de caducidad era inminente en cada caso difícil. A partir de la evidencia del impacto multigeneracional de la violencia, cree las Constelaciones Psico-históricas con una visión sociopsicológica del ser humano. Concebí la Psicología Transgeneracional como un sistema académico de posgrados para formar profesionales que pudieran trabajar sobre las violencias sociales y la paz en las familias. https:// psicologiatransgeneracional.com/raquel-schlosser/

Nos recordarán como una sociedad que falsificó las finanzas sobre la inversión en la violencia de género

Se preguntarán ¿Cuál es la inversión que debió hacerse para erradicar la violencia? ¿Cuánto se invirtió en tratar de callar la violencia? ¿Cuánto en tratar de curarla? ¿Cuánto en castigarla? ¿Cuánto en publicitarla? Lo más importante: ¿Cuánto se invierte en prevenirla?

Las severas críticas del futuro harán un recuento claro porque tendrán que resolver lo que nuestra sociedad dejó crecer. Nuestra herencia son las consecuencias transgeneracionales de las violencias de género. Con las Constelaciones Familiares y las Psicohistóricas basadas en la Psicología Transgeneracional que desarrollé, pudimos constatar que todas las estadísticas tienen números ocultos no declarados. No integran las consecuencias a largo plazo.

Mi legado

¿Cómo deseo ser recordada en el futuro?

También sabrán que había instituciones y organizaciones intentando contribuir a la pacificación. Comparto mi experiencia.

La gran pregunta que me hice cuando tuve conciencia de las consecuencias de la violencia a lo largo de varias generaciones, fue:

¿En qué sociedad quiero que mi hija, que es mi fuente de inspiración, crezca?

¿Cómo contribuir para dejar una semilla que florezca con el tiempo, para hacer un mejor mundo? ¿Qué clase de ser humano quisiera que fueran las y los futuras/os cuidadanas/os?

Siempre había trabajado con enfoque social. Me dividía entre el trabajo clínico, el trabajo institucional que dio inicio a mi carrera como pionera de los grupos de educación sexual en México en 1981, además de mi participación política en Derechos Sexuales y Reproductivos.

Cuando conocí las Constelaciones en 1997 (en Yolocali con Ilse Kretchmer, que fue la pionera que las trajo a México), encontré la fusión de las tres áreas de mi trabajo profesional y decidí hacer un giro de 180º. Mi inquietud me llevó a Nueva York donde conocí a Harald Hohnen con quien empecé las formaciones en mi instituto y me hizo el puente con Bert Hellinger en 1998.

Mi hija tenía un año y medio cuando incursioné en el terreno de las Constelaciones. El 10 de mayo de 2006 Bert cenó en casa. Mi hija, de entonces 10 años, le enseñó un trabajo que había hecho en la escuela sobre él. Cada estudiante de primaria eligió a alguien que hubiera hecho una contribución al mundo. Ella escogió ser la Directora del Instituto Bert Hellinger (que era su mamá) porque le pareció que era importante el trabajo que habíamos realizado para personas de bajos recursos. Mi hija le trajo a Bert todos sus recortes. Le explicó claramente los Órdenes del Amor que era su teoría, hasta con ejemplos de su propia familia. Ella era la tercera hija de la segunda esposa de su papá. También le explicó a Hellinger acerca de su famosa teoría sobre “Los movimientos del alma”. El Maestro le preguntó en qué consistían, a lo cual ella respondió: “Es cuando una bala mata a dos, el cuerpo de la víctima y el alma del victimario”. Bert me miró. Yo le dije que no eran mis palabras. Con una gran sonrisa abrazó a mi hija y le dijo: tú eres la próxima generación de consteladoras. A lo que rápidamente respondió: “¡Ah NO! Mi mamá trabaja mucho Bert”. Nos reímos.

Me dediqué en cuerpo y alma equilibrando mi lugar como mamá, esposa, directora, terapeuta, docente, administradora…

El tema de cómo diluir la violencia familiar, sexual y de género y cómo atender el espectro de sus consecuencias, fue el camino que me tracé. Mi trabajo tuvo reconocimientos importantes. En una edición especial de la revista alemana para el 85 aniversario de Hellinger, fue publicado un artículo mío junto con 60 terapeutas, en su mayoría europeos (mi honor es haber sido la única latina invitada), sobre aportaciones internacionales al campo de las Constelaciones Familiares y Sociales. Mi trabajo fue sobre Constelaciones para familias que viven violencia. Diseñé una técnica que contempla la perspectiva de género.

Decidí contribuir a formar lo que llamé Conciencia de Paz. Esta Conciencia se da cuando te das cuenta que cada golpe emitido tendrá eco, y que tú a la vez eres parte de una cadena de destinos de donde vienen los patrones repetidos, así mismo puedes contribuir a las fortalezas.

En mi país desarrollé proyectos sociales para llevar a personas sin recursos, una gran herramienta de sanación colectiva y familiar. En la zona purépecha de Michoacán, México, formé a una líder para que ella trabajara en su lengua. En Hermosillo, Sonora, México con migrantes ilegales. En Washington DC, EUA, con una ONG de mujeres latinas y con el Consulado Mexicano, trabajé con mujeres que escaparon de la violencia de género pidiendo asilo. En Nicaragua con participantes de la guerrilla.

En la sierra de Guerrero, en México, trabajé con sobrevivientes de la guerrilla de Atoyac, muchos años después de los eventos trágicos. Los prejuicios emergieron. No sentían que con mi color de piel, mi origen urbano, mi apellido y mi nivel educativo, podría entenderles. Empecé entonces por mi historia como hija de una familia de origen muy humilde por el lado materno; y mi padre, un pobre migrante sobreviviente de auschwitz (minúsculas obligadas). Hablé de lo que teníamos en común con la injusticia y los prejuicios que asesinaron a casi toda mi familia.

Terminamos cercanos. Trabajé también Constelaciones Sociales y una Constelación Política. Terminamos todas las personas abrazadas, lloramos juntos sus pérdidas pero salieron con la esperanza de poder hacer una memoria para que Nunca Jamás suceda. Les mostré el libro que escribí después de estar en los campos de exterminio con mi papá “MI zeide es Historia”, publicado inicialmente por la editorial Herder y después ganó el concurso de biblioteca de aula de SEP. El enfoque tiene que ser distinto, y tenemos que hacer prevención porque tenemos generaciones ya perdidas, tenemos cicatrices que no van a cerrar si no las suturamos. Tuve el privilegio de trabajar también en paradojas históricas: en Austria atendí hijas/os y nietos/as de nazis. Cada acción de reparación social que realicemos, va a habitar el futuro.

Psicología transgeneracional y conciencia de paz: una nueva profesión y su nicho de acción

Dejé el testimonio de mi esfuerzo al igual que muchas otras personas. Las reconocerán.

Durante un cuarto de siglo y atendiendo a más de 27000 (hasta 2022) familias con Constelaciones Familiares y Psicohistóricas. Constataba que muchos de los dolores familiares no tenían su origen en la familia, sino allí eran reproducidos y perpetuados. La violencia que sufre la familia, por un lado recibe el problema y por el otro, a través de sus miembros, lo retransmite.

La Psicología Transgeneracional, promueve y transforma la manera de mirar las relaciones humanas, los vínculos, la responsabilidad social, la relación entre pasado y presente. Entabla un diálogo entre diversas disciplinas que se enriquecen unas a otras. No existe una patente para curar el dolor; ningún método ni ninguna teoría alcanza a explicarlo todo, pero lo vasto del mundo social se manifiesta en el micromundo familiar que doblega los deseos personales al inconsciente familiar, y se manifiestan en la interacción en los ambientes sociales. Las Constelaciones Psicohistóricas ligadas con la Psicología Transgeneracional, parten del concepto del ser humano como socio-psicológico, se centran en la comprensión del impacto de los campos sociales en las familias y desde allí, buscan la conciliación con el pasado presente.

¿Cuál es el sentido de la enseñanza de la Psicología Transgeneracional? Llegué a la conclusión que lo que hacemos es abrir la conciencia para tener mayores posibilidades de decidir. Nos enfrentamos con situaciones que se han convertido en patrones repetidos y que es necesario descifrar. Loa patrones son lenguajes en los que se expresan las memorias familiares.

Mi mayor anhelo y lo logré, fue contribuir a que las y los consultantes y alumnado resignifiquen y codifiquen de distinta manera los hechos de la vida. Descubrimos que los patrones repetidos son expresiones de las violencias del pasado, vividas por miembros de la familia, como si fuesen títulos de historias de encuentros biográficos y que a través de este conocimiento, transformarán sus cadenas de destinos. Quise dejar por sentado académicamente comprensiones que les permitan aumentar los grados de libertad, pensar disruptivamente, crear nuevas soluciones dando acceso al árbol de la descendencia e incorporar el concepto de intersomos (de Thich Nhat Hanh).

Desde mi perspectiva, y ese es el sentido profundo que tiene el programa de enseñanza, educamos para el restablecimiento de la Dignidad de cada persona en la familia. Logré crear un Modelo Educativo con seis programas académicos especializados en Psicología Transgeneracional que es mi marca. De mi puño y letra y a través de muchas lunas a veces interminables, escribí cada programa académico, manual, guía de alumnado, capacitación docente. Formé equipos sólidos para impartir conocimiento, para otorgarles también los elementos que requieren para comprender las dinámicas inconscientes multigeneracionales. Al hacerlas conscientes pierden su poder de control sobre las vidas. Buscamos que las personas se levanten con más fuerza cada vez que la adversidad llegue, y que los períodos difíciles sean menores en duración y frecuencia. Ese ha sido mi compromiso. En el futuro se darán cuenta que hubo este y muchos otros esfuerzos.

La Psicología Transgeneracional representa para mí una contribución al camino de la Conciencia de Paz. Se forma de ese saber profundo sobre el impacto de la herencia de las violencias y de las deudas psicológicas y sociales que en cascada llegan a los descendientes. Las fuentes de inspiración para incursionar en la creación de una nueva disciplina fueron las lágrimas derramadas de memorias de cientos y cientos de consultantes: traumas multigeneracionales que son resistentes al tiempo y que la distancia del evento no diluye.

Programas académicos de psicología transgeneracional

La Psicología Transgeneracional es una nueva profesión en México, aprobada por la Secretaría de Educación Pública SEP. Tiene como finalidad comprender el impacto del pasado en el presente en distintas áreas del ser humano: relaciones de pareja y familiares, salud, comunidad, en las empresas familiares.

Cuenta con programas académicos con Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios – RVOE.

www.psicologiatransgeneracional.com

Licenciatura en Psicología Transgeneracional RVOE 20121840 Especialidad en Filosofía Transgeneracional RVOE 20101211 Maestrías en:

Psicología Transgeneracional Familiar y de Pareja RVOE 20121826 Psicología Transgeneracional de la Salud y Psicogenealogía RVOE 20121825

Psicología Transgeneracional para Empresas y Organizaciones RVOE 20121827 Filosofía Transgeneracional RVOE 20101212

Crea un puente y un diálogo entre disciplinas que estudian la confluencia transgeneracional desde la psicología, sociología crítica, la psicohistoria, la visión sistémica, la psicogenealogía, el psicoanálisis moderno, la perspectiva de género, los órdenes del amor y otros.

Nace para formar profesionales con una visión socio-psicológica que atiendan y puedan hacer prevención de las consecuencias a largo plazo de las violencias. Aporta nuevas comprensiones contextualizadas sobre las conductas antisociales, la violencia familiar, los severos conflictos de las relaciones amorosas tóxicas, síntomas en el cuerpo, tristezas inexplicables, autoflagelación, fobias, rencores añejados, conductas de riesgo, entre otras.

La Psicología Transgeneracional opera sobre los patrones repetitivos donde lo que se dice, piensa, desea y ejecuta, no van en la misma dirección, y a pesar de saberlo no puede evitarse, es iterativo.

La Psicología Transgeneracional tiene una configuración ecológica multidisciplinaria, porque los efectos de los patrones repetidos son transversales a distintos ecosistemas humanos. Los ejes rectores que atraviesan de manera transversal los programas académicos son: Conciencia de paz, deconstrucción de prejuicios, equidad de género, respeto por la dignidad humana, responsabilidad social.

Basada en un marco conceptual con nuevos paradigmas que parten del diálogo entre disciplinas, diseñé un modelo de intervención innovador. Éste decodifica la información encriptada en las redes de memorias generacionales, expresadas a través de dolorosas reincidencias, y aumenta las posibilidades de la libertad en la toma de decisiones más equilibradas.

Modelos de prevención desde la perspectiva de la psicología transgeneracional

Los conocimientos de Psicología Transgeneracional se aplicaron en distintos campos:

  • Construí un Modelo de Mediación Sistémica para el Divorcio y la Separación con perspectiva de género y visión multigeneracional. El sentido profundo es hacer reingeniería de la familia. Uno de sus objetivos es que aprendan a ser papá y mamá, sin ser pareja. Exporté el conocimiento a Austria, España, Panamá, Guatemala y en México en varios estados. Lo transformé en formación en línea.
  • Después de estar por tres años con un grupo de investigación internacional sobre síntomas psicosomáticos y constelaciones, diseñé la metodología original para entender el lenguaje del Cuerpo. Desarrollé una maestría para enseñar los conceptos nuevos sobre el lenguaje y las metáforas del Cuerpo. Encontré que la mayor parte de los síntomas tiene su referente en violencia social y familiar intergeneracional y transgeneracional. Concebí la metodología innovadora de las Constelaciones Psicohistóricas de la Salud. https://psicologiatransgeneracional.com/transformacion/maestrias/

La Psicología Transgeneracional comprende el amplio espectro del daño camino de la violencia de género. Trabajé con personas y grupos víctimas de las violencias sociales, religiosas y políticas: indígenas purépechas, en Austria con hijos y nietos de nazis e hijas/os de sobrevivientes del Holocausto, migrantes ilegales en Sonora, participantes en la guerrilla de Nicaragua, palestinos, sobrevivientes de la guerra sucia en Atoyac Guerrero, familias descendientes de esclavos en Brasil, parejas producto del racismo del Aparthaid en Sudáfrica, nietos de “asesinos legales” pertenecientes a altos rangos del ejército y de hacendados en México, familias que sufrieron las injusticias de los mineros …Y más.

La Psicología Transgeneracional promueve la Emoción Creadora (Bergson). Significa también que cuando las personas toman conciencia de su necesidad de cambiar, ejercen su libertad de tomar decisiones nuevas. Contribuye así a escribir nuevos pasado-presente-pasado.

Este es mi legado para aportar a que este mundo sea un mejor lugar. Yo decidí estar del lado correcto de la historia, como muchas/os colegas.

Formación de embajadores para comunidades de paz: prevención de la violencia de género y regeneración del tejido social

La conciencia del impacto que tiene la violencia de género a largo plazo a través de varias generaciones, me llevó a desarrollar un modelo vanguardista de intervención comunitaria, para realizar prevención profunda de la violencia de género.

Impacta transversalmente: la salud mental y física, el rendimiento escolar, las relaciones familiares, sociales y las afectivas. La violencia se transmite multigeneracionalmente y no tienen fecha de caducidad por si misma; el tiempo no amortigua sus consecuencias. Los efectos son resistentes al paso del tiempo, si no se ejecutan acciones específicas.

Decidí crear un modelo que permita hacer Conciencia de Paz y darle la oportunidad al tejido social de las y los jóvenes y adolescentes, de repararse, brindándoles herramientas que les permitan aumentar la capacidad de decidir sobre sí mismo en el intersomos de su comunidad.

La mayor parte de los programas que atienden la violencia son reactivos; se ocupan de las consecuencias y tratan de reparar un daño con altos costos sociales, económicos y familiares. Esos métodos psicoterapéuticos, necesarios, crearon técnicas para atender los efectos de las violencias. La cronicidad del impacto de las violencias hiere de gravedad el sistema psíquico y relacional. “Hay varias formas de transmisión transgeneracional: además de la ansiedad, la depresión, el júbilo o las preocupaciones, una persona puede depositar imágenes del ser dañado (en su descendencia) y con ello asignarle tareas psicológicas. Esta transmisión transgeneracional de las tareas de larga duración, perpetúa el círculo del trauma social” (Volkan, Vamik)

Mientras sus consecuencias solo pueden ser atendidas de manera individual por su colisión en el sistema emocional y familiar, el problema crece grupalmente en las comunidades educativas.

Existen programas ya estructurados para enseñar cognitivamente sobre la prevención de las violencias. Todos los esfuerzos suman, pero no pueden abarcar el impacto en masa que las violencias institucionalizadas tienen. La violencia crea un espacio de trauma permanente. Se maneja en el absoluto silencio por las víctimas y no la socializan porque instaló complicidades, culpas y vergüenzas.

Las Comunidades de Paz son una metodología original que inicia por la identificación cualitativa de las violencias vividas en tres generaciones, para posteriormente hacer propuestas de solución creativa que emergen del alumnado. La estrategia abarca el impacto en tres esferas: grupal, comunitaria y familiar. Se incluye el mundo emocional sin el cual no hay transformación posible.

Las propuestas que ejecutan parten de la visibilización de las violencias intergeneracionales, con el fin de que desarrollen proyectos comunitarios y abonen al camino hacia la convivencia pacífica entre ellos y ellas, el ambiente escolar y la comunidad. Se promueve la colaboración, la imaginación, la deconstrucción de estereotipos y el uso de sus capacidades creativas con liderazgos compartidos.

El objetivo:

  • Hacer conciencia sobre las violencias de género y su transmisión multigeneracional.
  • Medir el cambio de percepción del impacto multigeneracional de las violencias a través de Redes semánticas pre y post.
  • Reflexionar sobre las consecuencias a largo plazo de la violencia familiar y de género.
  • Hacer conciencia del impacto a largo plazo de las violencias en las y los docentes y el personal administrativo.
  • Abrir el camino para Re-pensarse como sujetos de cambio.

Reconocer es una palabra que no tiene concesiones, se escribe igual al derecho y al revés. Es vital reconocer que tenemos la urgencia de abonar a la herencia por un mundo mejor, para que nuestras acciones habiten el futuro.

Dejo este legado con la certeza de que muchas voces y acciones se sumarán.

Bibliografía

Bergson,Henri. Historia de la idea del tiempo. Paidós. México, 2017 Ferenczi, Sándor. Confusión de lenguas. 1933

Hellinger, Bert. Los órdenes del amor. Herder. Barcelona, 2000 Hellinger, Bert. La paz inicia en el alma. Herder. México, 2004

Hellinger, Bert y Schlosser, Raquel. Las constelaciones al servicio de la salud pública. Instituto Bert Hellinger de México. México 2004.

Schlosser, Raquel. Mi Zeide es Historia. Herder. México, 2003

Segato, Rita. Contra-pedagogía de la crueldad. Libros Prometeo. Buenos Aires 2018

Volkan, Vamik. Psicología de las Sociedades en Conflicto. Herder. Barcelona, 2018

SEM/MG

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