«Ante el ruido: seguir defendiendo lo esencial»

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  • La comisión organizadora del 8M denuncia presiones y acoso y tras más de dos meses de silencio lanza este comunicado en el que se niega a entrar en la estrategia del “fango”

Por María Pereira

SemMéxico/AmecoPress. Madrid, 02 jun. 20.- La comisión organizadora del 8M en Madrid ha remitido un comunicado a los medios de comunicación titulado «Ante el ruido: seguir defendiendo lo esencial». En él señalan, entre otras cuestiones, la presión que han sufrido para que realizaran declaraciones policiales en pleno estado de alarma. Para esta comisión, «es evidente que el 8M se ha convertido en la excusa para un discurso reaccionario que trata de opacar tanto lo que ya era invisible como cualquier posibilidad de debatir sobre ello», informa Cuartopoder.

Para este colectivo, esos «ataques» no son solo simbólicos: «durante las últimas semanas hemos sufrido el acoso de quienes estaban intentando manipular la realidad con informes falsos y maniobras políticas. Algunas de nosotras hemos sufrido prácticas que se saltan las garantías de un estado de derecho. Se nos ha presionado para que fuésemos a hacer declaraciones policiales en pleno estado de alarma. Se nos ha señalado con nombres y apellidos. No somos parte de ese juego. No queremos serlo. Y no vamos a entrar en él».

«Quienes han puesto el 8M en la diana ni siquiera entienden qué es el 8M. El 8M no somos solo las mujeres que ponen sus nombres y sus firmas para comunicar una manifestación que es de todas. El 8M no somos solo quienes ponen sus caras y sus nombres ante los medios para defender un argumentario construido entre todas. Es difícil entenderlo para quien solo entiende el mundo en clave de jerarquías y divisiones: somos mujeres comunes organizándonos para luchar por lo común», señala el comunicado.

El texto continúa destacando que están acostumbradas a la «criminalización». «En un momento como este, salvaguardar los derechos fundamentales también es la garantía de que podamos seguir hablando de lo esencial, y trabajando por ello», añaden.

Por último, concluyen de la siguiente manera: «Mientras el debate político se enfanga, mientras algunos medios contribuyen a la confusión, muchas de las feministas que hicimos huelgas, que participamos en las manifestaciones, que somos el 8m, hoy estamos en las despensas de nuestros barrios, en los grupos de cuidados, en las redes de apoyo vecinales. En la construcción de una realidad que, de tan urgente, no puede esperar a que se acalle el fango».

“No somos parte de ese juego. No queremos serlo. Y no vamos a entrar en él”

La imputación esta semana del delegado de Gobierno de Madrid por supuesta prevaricación y los errores del informe en que se justifica esa imputación han suscitado una respuesta por parte de la Comisión 8M de Madrid, que por primera vez desde la jornada de manifestaciones del día de las mujeres ha respondido a los ataques que el movimiento feminista está sufriendo como consecuencia del uso político de la expansión del coronavirus en Madrid.

El comunicado resalta el trabajo anónimo de cientos de personas en la organización de la manifestación, pero también el hecho de que se ha producido el señalamiento de algunas militantes: “Algunas de nosotras hemos sufrido prácticas que se saltan las garantías de un estado de derecho. Se nos ha presionado para que fuésemos a hacer declaraciones policiales en pleno estado de alarma. Se nos ha señalado con nombres y apellidos”.

El informe que la Guardia Civil ha entregado a la jueza Carmen Rodríguez-Medel y que ha trascendido este martes sostiene que la Delegación del Gobierno en Madrid tenía información suficiente como para desconvocar la manifestación del 8 de marzo por motivos sanitarios y no lo hizo. Rodríguez-Medel ha abierto una investigación penal contra el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por permitir la manifestación del 8M en Madrid, en base a este informe.

La extrema derecha y la crispación

Aunque las movilizaciones feministas se celebraron en decenas de países, únicamente en territorio español se ha vinculado, vía judicial, la expansión de la epidemia con la realización de las marchas. Diferentes colectivos feministas de dimensión internacional desconocen acciones similares en otros países y tampoco el Instituto Europeo por la Igualdad de Género (EIGE) tiene noticias al respecto, aunque está investigándolo. El uso de la denuncia como herramienta de la extrema derecha se ha consolidado en suelo español por parte de partidos como Vox o agrupaciones como Abogados Cristianos, informa infoLibre.

Manifestación «Día de las Mujeres» en Chile

El equipo de Santiago Abascal ha encontrado en la vía judicial un instrumento al que aferrarse para ejercer su particular oposición, sin mirar los resultados: el partido ultra ha presentado decenas de querellas contra representantes políticos que han quedado en el archivo. Abogados Cristianos también ha ocupado titulares de manera habitual por constituirse como una máquina de presentar denuncias, esta vez relativas a delitos contra sentimientos religiosos.

Yolanda Díaz es activista y una de las promotoras de la iniciativa Emergencia Feminista. Insiste en que «es todo ruido» y forma parte de una estrategia bien conocida para las feministas: «Una vez más, culpabilizan a las mujeres». Pero ellas, afirma, llevan «más de tres siglos luchando por los derechos de las mujeres y a muchas les ha costado la vida». Recuerda que el discurso y los movimientos de la extrema derecha demuestran «más que nunca el machismo y la homofobia», pero sobre todo persiguen un fin: «Nos quieren ver temerosas, pero las mujeres somos valientes». «Quieren que nos quedemos en el ámbito privado y que sólo ellos tengan el poder». Pero el movimiento feminista no prevé desviarse del camino. «Nuestra senda va a ser la misma: seguir luchando». También durante el confinamiento, señala, mostrando su «disconformidad dentro de casa, a través de las redes y en las calles». A juicio de Díaz, «el ruido siempre ha existido, para tapar lo verdaderamente importante», pero no entra en los planes del movimiento amilanarse. «Los asesinatos machistas siguen, el machismo sigue y nosotras vamos a seguir diciendo que el virus del machismo es la pandemia que se debe combatir».

Nuria Alabao, periodista y autora del capítulo Género y fascismo: la renovación de la extrema derecha europea, contenido en el libro Un feminismo del 99% (Lengua de Trapo, 2018), recuerda que «esta estrategia está muy vinculada con Vox», que a su vez procede de una «escisión neocon del PP». En ese sentido, destaca que existe un antecedente en cuanto a tensión emocional, en marzo de 2004, tras los atentados de Atocha en Madrid. Entonces «hay un intento, en un momento de tensión emocional muy fuerte, de utilizar eso para excitar los ánimos en una especie de necropolítica». En aquel momento, analiza Alabao, se utiliza una suerte de «teoría de la conspiración para introducir dudas sobre la autoría de los atentados», con el objetivo de «impugnar el resultado de unas elecciones que habían dado la victoria al PSOE».

A día de hoy, tanto las manifestaciones ultra como la batalla judicial «no llevan el membrete de Vox, pero la tonalidad de las expresiones sí lo son». El objetivo, entiende, pasa por «agitar los ánimos» para lograr sus objetivos políticos. «Ellos han puesto el foco en el 8M porque es algo de lo que pueden responsabilizar al Gobierno», desgrana la periodista, pero «no llegarán muy lejos» porque aunque la celebración de las marchas «pueden ser discutibles, no podían prohibirse en aquel contexto». En todo caso, continúa, a la formación de Santiago Abascal «le viene muy bien porque es el único partido español manifiestamente antifeminista».

Manifestación del 8M en Polonia

Sin embargo, la conexión de las filas ultra con otros movimientos europeos, especialmente del este, es evidente. Estos sectores han tenido sus propias expresiones misóginas durante la pandemia. La diferencia esencial tiene que ver con quién ostenta el poder: en Polonia y Hungría, con la extrema derecha en el Gobierno, la estrategia ha venido a golpe de legislación. En el primer país a través de la puesta en marcha de una ley restrictiva contra el aborto y en el segundo contra las personas trans.

Lo recuerda Violeta Assiego, activista y abogada por los derechos humanos. «El movimiento fascista, o los fundamentalismos contemporáneos, están centrando sus ataques en los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales, pero está tomando un cuerpo diferente en cada país», dice al otro lado del teléfono. En España «lo hace por la vía judicial y contra el 8M», pero en otros países la estrategia se adapta a las circunstancias propias. «Mi sensación es que el 8M es el escenario que están utilizando aquí los fundamentalismos contemporáneos para desestabilizar al Gobierno», por tanto la peculiaridad en suelo español es que la ultraderecha «está tratando de recuperar el poder político» y lo hace intentando matar dos pájaros de un tiro: perjudicar al Gobierno y «desactivar la confianza de la gente en un movimiento imparable que está conquistando muchos espacios». Si la extrema derecha estuviera en el poder, sospecha la abogada, «impondría medidas que sí vemos en otros países».

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