Martha Canseco González.
SemMéxico, Pachuca, Hidalgo, 11 de diciembre, 2022.- La semana pasada, se cumplieron dos años de la creación de la Secretaría de las Mujeres de Pachuca, fui invitada a dar la exposición de motivos como fundadora de esa institución aquí les dejo el discurso que escribí.
¡Queridas todas! Me toca hacer la exposición de motivos y qué mejor motivo para sentirme feliz el día de hoy, con tantas mujeres a las que quiero y con las que hemos recorrido el largo y sinuoso camino, como dicen Los Beatles, de los derechos humanos de las mujeres.
Este día nos reúne aquí para celebrar este segundo aniversario de la creación de la Secretaría de las Mujeres de Pachuca, la única Secretaría de las Mujeres a nivel municipal que existe en el país.
Lo repito, la única que existe en México, cuando la inercia a nivel federal es lo opuesto, desmantelar los organismos y los programas en favor de las mexicanas y para prevenir la violencia de género, así nos lo indica el pírrico presupuesto asignado por el gobierno para estos importantes menesteres, menos del uno por ciento global.
Por supuesto es obligación de los tres niveles de gobierno, hacer realidad el artículo cuarto de la constitución mexicana, que asegura que hombres y mujeres somos iguales ante la ley y ante la sociedad. Y eso se logra mediante instituciones, herramientas y acciones que favorezcan a las mujeres.
Miren, en este país después de ahogada la mujer tapamos el pozo, muchas leyes y mecanismos han sido impulsados luego de que algunas mexicanas han tenido que sufrir violencia inaudita e incluso la muerte.
Ahí está la ley Ingrid, la ley Olimpia o la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de que toda muerte violenta de una mujer se tiene que investigar de inicio como feminicidio, esto, tras el asesinato de Mariana Lima Buendía, es la lucha de su madre, Doña Irinea Buendía, quien, buscando justicia para su hija, lo propició.
Pero hay otras instituciones que se crean sólo con la certeza y voluntad de que las mujeres merecemos vivir una vida feliz y vivible, una vida digna, sobre todo para las menos favorecidas.
Esto precisamente fue lo que motivó la creación de la Secretaría de las Mujeres de Pachuca. Amigas, era el momento perfecto para hacerlo. Por primera ocasión dirigía el destino de la ciudad capital un gobierno que se identificaba como feminista.
Y las alianzas con otras mujeres y hombres lo permitieron.
Muchas personas a quienes reconocer porque sin su voluntad, trabajo, decisión y visión no estaríamos hoy aquí: Por supuesto a la Presidenta Municipal, de la llamada transición violeta, la Doctora Tania Meza Escorza, a la Maestra Concepción Hernández Aragón, entonces directora del Instituto Hidalguense de las Mujeres, quien tuvo la idea de crear la Secretaría, luego de que yo le mostrara el acta constitutiva del Instituto Municipal de las Mujeres, que era un ente ciego, sordo y mudo, con muchas responsabilidades pero muy poco margen de acción. A Bertha Miranda Rodríguez entonces Secretaría de Gobierno, las regidoras y regidores del Cabildo Municipal que estuvieron de acuerdo y votaron a favor, un día como hoy. Mis compañeros del Instituto Karen Serranos, Jorge Dahjui Rosas, además de las mujeres y los hombres que ahí laboraban.
En ese momento hicimos lo que pudimos hacer para que se creara la Secretaría, pero sabíamos del reto enorme que le estábamos dejando a la siguiente administración. En serio, esta institución no se habría podido consolidar sin el esfuerzo, la tozudez y la perseverancia de la Maestra Adriana Flores Torres, quien incluso ha vivido violencia política y laboral por su decisión de mantenerla.
Por supuesto, la voluntad política del presidente municipal de Pachuca Sergio Baños Rubio ha sido muy necesaria también.
Deseo para la Secretaría de las Mujeres de Pachuca, una larga vida, que se convierta en referente nacional, de hecho, ya lo es, y que muchas y muchos sigan el ejemplo de que innovar en favor de las mexicanas, siempre será una muy buena inversión y un gran atino.
¡Celebremos y celebremos a todo lo alto, porque bien lo vale!
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