Otra vez, el 4 de enero regurgitó el barullo entre colegas porque demasiados insistieron en que era el día nacional del periodista en México, pero ninguno ofreció el dato preciso de la ley o decreto o que lo institucionaliza.
A petición de colegas nuevamente examino nuevamente el fenómeno más famoso en América Latina sobre la religiosidad de un pueblo que ocurre cada año durante el mes de diciembre en las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México.
El temor tiene sustento porque tras la vejación pública que hizo el Presidente de la República a la periodista el 29 de noviembre se desataron por cientos los denuestos en los hilos y muros de las redes sociales en contra de ella
El Zócalo de la Ciudad de México y sus alrededores bullirán nuevamente el próximo miércoles 1 de diciembre. La plaza política más grande del país se teñirá de guinda cuando se rinda el tercer informe institucional del gobierno de la federación.
El legislador federal independiente Emilio Álvarez Icaza invitó a periodistas a una sesión especial en la Cámara de Senadores. Allí presentó la segunda versión de su iniciativa para reconocerles legalmente nueve derechos.
Las y los reporteros de política, y también los columnistas, tenemos que actualizar nuestros métodos de análisis como periodistas para percibir y entender los fenómenos sociales y políticos que derivan de la politización acelerada.
Ya son públicas dos intenciones de sacar de la Secretaría de Gobernación (Segob) al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas. Ambas son reprochables.