* Estarán presentes la diversidad familiar y la violencia
* Deberá presentarse en el legislativo cubano en 2021
Lirians Gordillo Piña
SemMéxico/SEMlac, La Habana, 13 de enero 2020.-La diversidad familiar, el matrimonio, la violencia intrafamiliar, la protección a la infancia y la tercera edad serán asuntos presentes en el proyecto de nuevo Código de Familias en Cuba.
Aún se sabe poco del documento que deberá presentarse al legislativo cubano en 2021
para su posterior debate popular y referéndum; sin embargo, reconocidos
especialistas adelantaron algunos criterios al ser consultados recientemente
por el periódico Granma, órgano oficial del
Partido Comunista de Cuba.
Según las declaraciones de Leonardo Pérez
Gallardo, presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia, este
ha de ser un Código de Familias en plural, por su carácter «abierto,
inclusivo, que recepcione los derechos, principios y valores enarbolados por la
Carta Magna y deseche prejuicios y estereotipos».
Por su parte, la profesora y académica cubana Ana María Álvarez-Tabío
Albo, destacó en una entrevista
al diario cubano que la inclusión también implicará su capacidad de comunicar y
ser compresible para la población.
«Que sea preciso, entendible por sus destinatarios, inclusivo, que evite
palabras que impliquen jerarquización, subordinación o discriminación, ajustado
al texto constitucional y a los tratados internacionales de derechos humanos
sobre estas materias ratificados por Cuba», dijo la profesora titular de
la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
En sus declaraciones, ambos especialistas utilizaron palabras como inclusión,
no discriminación y frases que llaman a superar prejuicios.
No son casuales estas explicaciones: durante el debate constitucional de 2018 y
ante la posibilidad del matrimonio igualitario en la nación del
Caribe, en el escenario público y redes sociales emergieron acciones y criterios
homofóbicos, pero también machistas.
Ahora el futuro código se conforma al amparo del artículo 42 de la nueva
Constitución aprobada, el cual prohíbe todo tipo de discriminación por razón de
sexo, género, orientación sexual, identidad de género, color de la piel,
discapacidad, etc.
La nueva normativa determinará quiénes podrán contraer matrimonio, la autoridad
competente y requisitos para su formalización, así como los efectos jurídicos
que tendrá.
«El Artículo 82 de la Carta Magna define el matrimonio, basado en el libre
consentimiento y en la igualdad de derechos y obligaciones de sus integrantes;
pero no menciona fin alguno. Ello es clave para entender que el matrimonio
constitucional cubano no está sustentado en la heterosexualidad, unido al
principio de no discriminación por ningún motivo que blande la
Constitución», dijo Pérez Gallardo a Granma.
Otras propuestas también pudieran hacer de este un Código actualizado y de
avanzada. Por ejemplo, Ana María Álvarez-Tabío Albo dejó ver la posibilidad de
que pudiera establecerse que «sean los progenitores quienes determinen, de
común acuerdo, ante el funcionario del Registro del Estado Civil, el orden de
los apellidos, el que una vez determinado se aplicaría para el resto de los
hijos habidos de esa pareja. Mantener la preferencia del apellido paterno
reproduce una costumbre impuesta por la cultura patriarcal», sostuvo.
Cuba ha cambiado mucho en los 45 años que lleva vigente el actual Código de
Familia. Juristas, especialistas e investigaciones sociales han sistematizado
el alcance e impacto de problemáticas como la violencia intrafamiliar, el
envejecimiento poblacional, los derechos de la infancia, el embarazo y matrimonio
adolescentes, entre otras cuestiones. Darles respuesta en la ley es un llamado
desde hace varios años. La actualización del Código de Familia ha esperado más de un
quinquenio.
En sus declaraciones al diario de circulación nacional, Álvarez-Tabío Albo
agregó: «tienen que perfeccionarse las instituciones de la responsabilidad
parental; la guarda y cuidado, que podría concederse temporalmente a terceros o
decidir su ejercicio compartido; así como la ampliación de las fórmulas y
maneras de comunicación, que incluye a otros parientes distintos a los
progenitores».
La revisión, actualización y despojo de «los componentes discriminantes,
ya sea por edad, color de la piel y discapacidad, unido a la fortaleza que
sigue brindando el factor biológico sobre el afectivo» en los procesos de
adopción, fue otro de los temas referidos por la académica.
La jurista también insistió en la inclusión de mecanismos para la protección de
personas de la tercera edad, aquellas que viven con alguna discapacidad y las
personas cuidadoras.
Respecto a la violencia intrafamiliar, hizo referencia a la prevención y
protección de las víctimas y agregó que deberá incluirse «la previsión de
las consecuencias que generan los malos tratos sicológicos, físicos, sexuales,
patrimoniales, económicos y que pasan, incluso, por el uso de las personas
menores de edad como fuerza de trabajo en los negocios familiares».
Anuncios de un debate
En menos de 48 horas, los trabajos publicados por Granma alcanzaron
más de 30 comentarios. El matrimonio aparece como centro de las disputas entre
quienes reconocen el derecho de las personas homosexuales a contraer matrimonio
y constituir una familia, y quienes se aferran a una concepción excluyente.
Ariel fue el primero en
comentar: «El matrimonio igualitario es simplemente una muestra de que
todos somos iguales. Doy mi voto a favor del matrimonio igualitario, y de una
sociedad más inclusiva. Doy mi voto en contra de la discriminación, en contra
de los prejuicios. Con el matrimonio igualitario no se destruirá la familia,
sino que se fortalecerá más al ser más diversa. Voto a favor de la inclusión
del matrimonio igualitario en el nuevo Código de Familia», afirmó el
usuario.
Su voz no es la única, otras personas reconocen el mandato constitucional de no
discriminación, pero también pueden leerse comentarios que reproducen
prejuicios homofóbicos, biologicistas y discriminatorios.
«Disculpe, no me considero una persona prejuiciosa, pero como muchas veces
se ha dicho, la familia o el matrimonio entre heterosexuales (hombre y mujer)
son la base de la sociedad, porque de allí vienen los hijos y son los
responsables de formarlos junto a la escuela, como seres útiles para la
sociedad. Sobre los que elijan otro tipo de unión, existen recursos legales
para dejarles todos los bienes que la persona desee, no considero que eso
constituya un problema. Respeto la elección de pareja de cualquier ciudadano,
pero no significa que esté de acuerdo con lo que proponen», comentó en la
web el usuario Eduardo.
Ambos comentarios adelantan futuros debates que, al parecer, incluirán temas no
revelados por las y los juristas en sus declaraciones al periódico cubano,
entre ellos las dificultades que enfrentan las madres solteras, en un país con
altos índices de divorcio y tendencia creciente a la jefatura de hogar femenina.
La usuaria Marianne Castillo agregó: «creo
que uno de los puntos a tratar, dentro de la discusión del nuevo Código de las
Familias, es el tema de las madres solteras, que sé que en la actualidad son
muchísimas, o sea esas madres que tienen que criar a sus hijos solas, porque
los padres no son responsables, o están ausentes, por cualquier motivo».
SEM-SEMlac/lgp
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