La paridad de género no existe: las mujeres siguen siendo relegadas

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Josefina Aguilar Pastor

SemMéxico. Chilpancingo, Guerrero. 17 de octubre de 2019.- La paridad de género del 50-50, no existe, es mentira, debido a la supremacía cultural, se requieren tres votos de mujeres, por uno de un hombre, afirmó Blanca América Wences Román, profesora en la escuela normal superior en la especialidad de historia, quien aseguró que, con la perspectiva de género, el sistema capitalista neoliberal invisibiliza las luchas feministas.

Al participar este miércoles en el conversatorio “Derechos políticos de las Mujeres en el ámbito Universitario”, organizado por la Unidad de Género de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), contradijo el discurso que han venido manejando desde las esferas del poder público, e incluso las propias activistas, en el sentido de que se ha alcanzado la paridad de género.

“No hagamos cuentas alegres de la paridad de género, que bien que se ha avanzado, antes era la cuota de género -70-30-, pero esta paridad 50-50, no es real, por el supremacismo cultural, tres mujeres valen el voto de un hombre”, sostuvo.

Sustentó que en ninguno de los poderes de representación como son el ejecutivo, judicial, y legislativo, un hombre no tiene la misma valía que una mujer, ésta sigue siendo relegada como subordinada, “es mentira, cualitativa, política, social, culturalmente hablando, es mentira, nos hemos creído que el 50-50, es paridad, no es cierto, por ese supremacismo cultural, necesitaríamos tres mujeres a uno para hacer equidad”, insistió.

Wences Román reconoció que al interior de la Universidad ha habido avances, pero sigue prevaleciendo mucha desigualdad, desafortunadamente indicó, para quienes tienen un esposo, un compañero que también es universitario, es difícil sobresalir porque siempre es la esposa, sobrina, hija de.

Insistió en que la supuesta paridad alcanzada, solo es un mito, y llamó a las universitarias a no creer que es así, a no hacer cuentas alegres, propuso reorganizarse para exigir el verdadero reconocimiento a sus derechos, refirió que hay mujeres en delegaciones sindicales que no llegan por ser compañeras de lucha sindical, sino porque nadie quiere ocupar el cargo, y no hay cuadros en delegaciones o unidades académicas de mujeres feministas.

Aseguró que, con la llamada perspectiva de género, el sistema capitalista neoliberal invisibiliza las luchas feministas, “ser feminista no es malo, no nos vamos a comer a nadie ni vamos a estar abortando compulsivamente, ese es el mito que se ha hecho, una feminista es quien se prepara y lucha por sus demandas, esa es la feminista”, en insistió en su llamado a la universitaria a reorganizarse para reivindicar sus demandas.

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