Juego político anticipado | Aventuras presidenciales

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Dulce María Sauri Riancho

SemMéxico. Mérida, Yucatán. 09 de septiembre 2021.- La especulación colectiva sobre la candidatura presidencial forma parte de la tradición política mexicana.

Ni la alternancia inaugurada al iniciar el milenio pudo poner fin a este ejercicio que, sin lugar a duda, forma parte de la distracción de asuntos relevantes y del desahogo frente a frustraciones sobre el ejercicio del mandatario en turno.

Este sexenio pintaba para no ser la excepción. Sólo que a diferencia de múltiples ocasiones anteriores, el estilo personal de gobernar del presidente

López Obrador anticipó los tiempos, desatando una serie de eventos y conductas políticas de naturaleza inédita.

La noche del 3 de mayo de este año parece haber trazado la ruta sobre la sucesión presidencial de 2024. La tragedia de la Línea 12 del Metro, las 26 vidas humanas perdidas y los numerosos heridos impactaron en las trayectorias de dos distinguidos personajes de la administración

lopezobradorista.

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, fueron alcanzados por el severo cuestionamiento público sobre las causas del mortal evento.

Cuestionado por su construcción realizada en el gobierno de Ebrard, por las correcciones a las ostensibles fallas en la ejecución del proyecto y en su operación inicial presentadas durante la gestión de Miguel Mancera (hoy senador del PRD), tocó también a la actual administración de la capital por los errores y omisiones en el mantenimiento, producto de la austeridad presupuestal que ha impedido realizar las inversiones necesarias para asegurar el correcto funcionamiento de la infraestructura a cargo del gobierno.

“Austericidio” se le llama a ese conjunto de decisiones que, bajo el pretexto de poner fin al supuesto dispendio de fondos públicos, ha impactado severamente en la calidad de los servicios públicos, con consecuencias lamentables, como el caso de la tragedia del Metro.

La reacción inmediata del presidente López Obrador frente a este grave acontecimiento reforzó esa sensación de lejanía presidencial de las víctimas y sus familiares, tras dejar el escenario de las respuestas oficiales a cargo exclusivamente de la Jefa de Gobierno.

Sin embargo, la estrategia de contención de daños a la imagen del gobierno de la “cuarta transformación” incluyó detonar con dos años de anticipación la llamada “carrera presidencial”.

Fue cuando el presidente López Obrador se presentó como el “destapador” en la lucha sucesoria dentro de su movimiento —Morena—, enumeró a los posibles prospectos presidenciales y los calificó como “corcholatas” prestas a ser separadas del envase desde donde emergerá la candidatura de quien resultase elegido/a para encabezar la lucha del lopezobradorismo por mantenerse seis años más en el gobierno.

El “desfile de las corcholatas” fue muy interesante, no tanto por el “encarte” sino por el “descarte” presidencial de un conspicuo personaje como es el senador Ricardo Monreal, marginado muy posiblemente por su proverbial pretensión de mantener una actitud crítica frente a aquellas decisiones que pudieran obstaculizar su intención de figurar en la boleta, llámese gobierno de Zacatecas, jefatura de la Ciudad de México o presidencia de la república.

El impacto del banderazo anticipado en la carrera presidencial por parte del partido “oficial” —porque eso es Morena— trajo repercusiones inmediatas en las oposiciones y en la propia opinión pública.

Solo en 1997 un opositor al PRI se adelantó a los tiempos políticos; fue

Vicente Fox, entonces gobernador de Guanajuato, que el lunes siguiente a la elección federal intermedia, hizo saber su intención de buscar la candidatura a la presidencia de la república por el PAN. Pero era oposición, lo decidió de motu propio, y como se supo después, a contrapelo de su propio partido.

En 2021 las oposiciones no le han seguido el juego a la pretensión presidencial de develar sus propias cartas, más ocupadas —y preocupadas— en consolidar una alianza que ya se ensayó el pasado 6 de junio.

Sin embargo, consecuencia el apresuramiento presidencial, han proliferado las encuestas de opinión que muestran una lista de posibles prospectos, de todos los partidos, hacia el 2024.

¿Afecta o beneficia este juego anticipado? Desde luego, ayudó al presidente

López Obrador para distraer de la tragedia del Metro pero, contra lo que recomiendan los manuales electorales, lo ha obligado a decantarse abiertamente a favor de Claudia Sheinbaum.

El apretado abrazo presidencial amenaza con asfixiar a su prospecto cuyo principal valor era su relativa independencia frente al ejecutivo federal, tal como lo demostró en los primeros meses de la pandemia del Covid.

En el Senado, la situación del grupo mayoritario de Morena se alteró, incluido el regreso a su escaño de Olga Sánchez Cordero, enviada directamente por

López Obrador a la presidencia de su Mesa directiva.

En Yucatán, por primera vez el juego de la sucesión presidencial tiene un impacto político directo en las cosas de esta tierra. No son los escarceos de apoyar a uno u otro precandidato, sino que el gobernador Mauricio Vila aparece como uno de los rankeados como aspirante del PAN. Posibilidades tiene, probabilidades todavía pequeñas.

Pero mal haría Vila de encasillar su gestión gubernamental al espejismo de una postulación; que comience a gastar tiempo y dinero en su imagen de presidenciable, más que en realizar el mejor gobierno posible en los próximos tres años. Deberá estar consciente que cada una de sus decisiones estará bajo la lupa de su aspiración presidencial, incluyendo la determinación de construir el nuevo estadio sustentable en un lugar a todas luces inapropiado del norte de Mérida.

Faltan también mujeres en esta prematura carrera por la presidencia de la república. En su corrección de su lista inicial, López Obrador “encartó” a dos secretarias para “acompañar” a Sheinbaum: Tatiana Clouthier y Rocío Nahle.

Algunas encuestas han medido preferencias de personajes femeninos de las oposiciones, sin que los partidos políticos hayan dicho “esta boca es mía”.

Es lo que sigue. El Primer Congreso de Mujeres Políticas, a realizarse esta misma semana en Mérida, Yucatán, arrojará luces sobre los “avances y desafíos respecto al ejercicio de los derechos político-electorales de las mujeres en México”.

La presidencia de la república es, sin duda, el mayor reto. ¿Será 2024 tiempo de mujeres hacia el Palacio Nacional?

dulcesauri@gmail.com

Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de

Yucatán

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