- Trabajos necesarios para la reproducción social, los más explotados, feminizados, racializados y precarios
- Pandemia de COVID 19 visibiliza la crisis capitalista y patriarcal
Por Elda Montiel
SemMéxico, Cd. de México, 28 de abril de 2020.- Por un primero de mayo feminista transnacional y convencidas de que la sociedad puede ser organizada sobre nuevas bases, donde es posible una vida sin violencia patriarcal ni racista y libre de explotación, se pronunciaron les y las trabajadoras del mundo en la lucha por sus derechos, en lo que se denomina la Declaración del 1º de Mayo Transfronterizo.
La pandemia mundial de COVID 19 ha visibilizado aún más no sólo la crisis capitalista patriarcal, sino que ha mostrado claramente que los trabajos necesarios para la reproducción social son los más explotados, feminizados, racializados y precarios, puntualizó Feministas con voz de Maíz en la declaración en donde se llama a les y las trabajadoras a la unidad para protestar contra la violencia en una sociedad que las oprime y mata.
En su convocatoria por el Día Internacional del Trabajo, expusieron la situación por la que atraviesan millones de trabajadoras y trabajadores durante esta pandemia, pues siguen trabajando en los almacenes logísticos sin protección y con bajos salarios. En las cárceles, las personas detenidas están denunciando condiciones inhumanas de reclusión y ausencia de protección. Las personas migrantes revelan saturación en los centros de internamiento y reclaman sus papeles.
En las fábricas surgen huelgas reclamando que sólo se sostengan las actividades imprescindibles y en condicione dignas, mientras que millones de trabajadoras de la salud y obreras trabajan sin pausa con bajos salarios y sin condiciones dignas, poniendo cada día su vida en peligro.
Miles de trabajadoras del hogar son despedidas sin recibir ningún subsidio, en tanto que millones de mujeres se ven sobrecargadas de trabajo de cuidado, y millones de trabajadoras y trabajadores informales de las economías populares y precarizadas se encuentran sin empleo.
Estamos ante una crisis de la reproducción de la vida que precariza e intensifica aún más el trabajo productivo y reproductivo que realizamos las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, por lo que en esta iniciativa consideraron urgente transformar la sociedad y sus desigualdades en su conjunto.
Advierten que durante la pandemia —incluso, en los próximos meses— el trabajo reproductivo se ha convertido en un campo de lucha para contestar a la división sexual y racista, con la demanda de la socialización de trabajo de cuidado, una atención integral en salud y el reforzamiento de los servicios básicos. Además, para poder abortar de manera segura, libre y gratuita y no endeudarse más para disponer de sus libertades.
Llaman a que los derechos a la salud mental, sexual y (no) reproductiva sean reconocidas como derechos esenciales. Queremos, dicen, “una salida feminista transfronteriza de la crisis para no volver a una normalidad hecha de desigualdades y violencias”.
Exigen que todas las tareas no indispensables para sostener y cuidar la vida sean suspendidas: ¡Los trabajos serán para sostener la vida o no serán!, y reclamaron, también, poner fin a la subordinación, la explotación, la precarización y a que nos provean de las protecciones contra el virus en los trabajos esenciales.
“Lo que la huelga femenina global nos enseñó es que, cuando estamos juntes somos fuertes, y más ahora que nunca, tenemos que levantar nuestras voces en la misma dirección para poder evitar la fragmentación que la pandemia parece imponer”, indicaron, al referirse al movimiento del pasado 8 y 9 de marzo, donde se mostró la potencia feminista en el mundo, al desbordar las calles en la marcha y sumarse al paro del día siguiente.
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