Mujeres mayores: visibilizar la violencia

Fecha:

Compartir:

* 1 Día de Acción: No más violencia

* Se envejece diferente, no solo por los cambios de carácter biológico, sino también desde los mandatos asignados y asumidos a lo largo de la vida

Redacción
SemMéxico/SEMlac, 25 noviembre 2019.- Al hablar de violencia hacia la mujer mayor no puede perderse de vista que es un tema marcado por el contexto demográfico, generacional, biográfico, el género y lo gerofóbico, apunta a SEMlac la psicóloga Teresa Orosa Fraíz, presidenta de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana y de la Sección de Psicogerontología de la Sociedad cubana de Psicología.


A los evidentes cambios en la estructura de edad de la población cubana—un fenómeno también del mundo—, con un población envejecida que alcanza ya el 21, 4 por ciento con 60 o más años, la especialista añade otro cambio menos mencionado.


“Es de tipo generacional, es decir, la mutación de forma de ser persona mayor, de pensar y de proyectarse, si lo comparamos con los mayores de épocas anteriores. Somos más, pero a la vez, tanto hombres como mujeres, somos diferentes respecto a nuestros abuelos por factores de protagonismo e influencias de diversa naturaleza: sociales, políticas, tecnológicas, entre otras, ocurridas en el pasado siglo. Además, cada persona cuenta con su propia historia de vida, lo cual en cualquier análisis siempre ha de destacarse, pues se vive y se vivencia la vejez, desde lo biográfico también”, insistió la profesora.


Por otra parte, dijo, un enfoque de género no solo llevaría a tener en cuenta la diferente expectativa de vida entre mujeres y hombres, que en ellas es mayor. Realmente se envejece diferente, no solo por los cambios de carácter biológico, sino también desde los mandatos asignados y asumidos a lo largo de la vida, especialmente vinculados al ejercicio y expectativas del rol de cuidador. De hecho, los denominados eventos vitales de la vejez, es decir, la jubilación, la abuelidad y la viudez, también se vivencian y elaboran determinados por el género.


Todo ello, en una sociedad aún gerofóbica, con temores o evasiones a ser viejo o vieja, debido a prejuicios aún existentes hacia el envejecimiento, la vejez y las personas mayores, más fuertemente expresados “hacia y en” la propia mujer mayor.

¿Cuáles son las principales manifestaciones de la violencia en esta etapa de la vida?
Abuso, maltrato y violencia no siempre se expresan de forma evidente y lo invisible, si bien está dado por la naturaleza de la agresión en ausencia de golpe físico, también está determinado por la no concientización de lo que ocurre, y el hecho de que no se identifica como forma de maltrato.


Por tanto, puede haber abuso sexual cuando la propia pareja insiste y viola el deseo de la esposa o compañera, pero también hay violencia hacia la mujer mayor cuando la sociedad, la cultura, los prejuicios (de muchas personas y familias), le reservan en exclusiva su espacio de cuidadora, abuela o esposa abnegada, ignorando la necesidad de logros en proyectos y de las más diversas necesidades como hacedora social y protagónica, igualmente, de importantes transformaciones sociales.


De tal forma, violencia invisible ocurre hacia la abuela como una incondicional cuidadora o hacia la esposa, no como compañera, sino como segunda mamá que la vida provee al hombre para el cuido y únicamente para esta función.


Por otra parte, violencia invisible también existe cuando continúa ocurriendo un ensañamiento de “los otros” hacia los cambios del cuerpo y la imagen de la mujer mayor. Ello refuerza la necesidad o importancia del parecer joven, desde esa mirada externa o de espejo que le dedican los otros y que le puede provocar temor a dejar de ser mirada, o la pérdida de “deseabilidad”. En ello se ha afincado exitosamente en el mundo la llamada industria del rejuvenecimiento, dirigida más a la mujer.


Finalmente, aunque no es el caso de Cuba, persisten exclusiones a nivel social, de tipo legal, y desigualdades en los sistemas de pensiones, por brechas de género en los ingresos y posteriores retiros, e inclusive en derechos de carácter hereditario.

¿Pueden disminuirse desde el accionar social los costos psicológicos de la violencia en las mujeres mayores?


Resulta importante la toma de conciencia de estas u otras situaciones que afecten la integridad psicológica de la mujer mayor, aunque —como sabemos— el principal antídoto lo ha sido su historia de vida y su protagonismo social, aun cuando se desenvuelva en hogares o entornos que le estigmaticen.


Están demostrados la mayor disposición de ellas, inclusión y participación en agrupamientos y convocatorias sociales, mayor capacidad de identidad con sus cambios y su edad. Lo más importante es que se conviertan en paradigma de empoderamiento comunitario, que le permite el ejercicio de toma decisiones y mayor aporte a la sociedad, a la gestión del desarrollo local y de sus propios derechos.

SEM-SEMlac

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí



Artículos relacionados

Buena alimentación y mejores hábitos ayudan a prevenir y controlar la diabetes 

SemMéxico, Ciudad de México, 27 de marzo de 2024.- La alimentación juega un papel fundamental en el tratamiento...

Con más de 150 años de tradición, representación de Semana Santa en el Edomex

*En el municipio de Capulhuac, 52 personas forman parte de esta representación, las mujeres juegan un papel importante. Gabriela...

Estará hasta el 31 de marzo, exposición dedicada al centenario de El Machete

Una publicación de gran valor histórico, cultural, político y artístico En sus páginas participaron artistas como Beloff, Guerrero, Siqueiros,...

Opinión | Concentrar dinero y poder

El proceso democrático en México no solo se ha dado en las urnas y en las elecciones. Dulce María...