La familia fifí de López Obrador
Natalia Vidales Rodríguez
SemMéxico. Sonora. 17 de enero de 2020.- La palabra fifí se originó durante el porfiriato, cuando México tenía muchas más relaciones de todo tipo con Europa que con el vecino del norte, de quien Don Porfirio desconfiaba al grado de acuñar aquella frase de que ¨pobrecito México, tan lejos de Dios y tan cerquita de los Estados Unidos¨.
Las señoronas mexicanas, pero afrancesadas de la época ( y que ahora son las agringadas), solían tener pajarillos en jaulas en los balcones de sus elegantes residencias, a quienes llamaban “ mío fifí” ( mi pajarillo ), y tras la caída del dictador el pueblo llamó, durante un tiempo, por extensión, fifís a los personajes conservadores pudientes, en contradicción con el naciente régimen revolucionario y sus “calzonudos” ( que rápidamente liderearon los nuevos caudillos que cambiaron las cosas para que más o menos continuaran igual: el número de pobres no hizo sino aumentar desde entonces).
Y ese término, fifís, lo rescató de la historia el hoy Presidente López Obrador, desde su campaña y los primeros meses de su régimen para señalar a los opositores a su proyecto de país identificándolos con aquellos reaccionarios de finales del siglo XIX y principios del XX. Pero AMLO dejó ya hace varios meses de utilizar ese calificativo (particularmente desde aquel mítin por la Unidad y la Defensa de la Dignidad Nacional, en Junio del año pasado, en Tijuana, en medio de la crisis de los aranceles con los Estados Unidos).
Pero finalmente, el destino de la palabra fifí alcanzó a la familia de AMLO: la semana pasada su primer nieto nació en Houston, Tx., en los Estados Unidos, como lo hacen los adinerados políticos y empresarios mexicanos, porque el sistema de salud pública en nuestro país solo es para la gente pobre o de clase media baja: cualquier familia mexicana que tenga con qué acude a las clínicas privadas dada la burocracia y el mal servicio en los hospitales del gobierno. Y, paradójicamente, el sistema ha empeorado recientemente con la derogación del Seguro Popular ( que ahí la llevaba) por el llamado Insabi del nuevo gobierno ( que ha resultado un desastre).
Tiene razón la pareja López-Adams al preferir un Hospital obstetra de primer mundo -en los Estados Unidos- que uno de México: alguien publicó en las redes que la opción inicial era una clínica privada de primer nivel en México, pero suponiendo que la reacción ciudadana hubiese sido peor, entonces se prefirió el alumbramiento en elegante clínica de Houston, guardando el pretexto ( para utilizarlo de ser necesario) de que su mamá, Carolina Adams en norteamericana ( quien crea que los políticos no prevén cualquier escenario, es un ingenuo o ha vivido en un árbol).
El caso es que el primer nieto del Presidente más nacionalista de los últimos años, que se llamará Salomón, nombre de origen judío, no es mexicano por nacimiento (el mismísimo neoliberal Salinas de Gortari –el fifí de fifíes, según AMLO — le puso, al menos, Emiliano a su primogénito en honor al prócer revolucionario Emiliano Zapata …¡hoy emblema de la 4T!).
El Presidente dice que los mexicanos solo deberíamos ir por gusto a los Estados Unidos, pero no por necesidad, como ocurre, pero lo cierto es que a ninguno de los más de 50 millones de mexicanos pobres se les visaría el pasaporte para ir a ese país ni siquiera de paseo. Y menos podrían ir a tener a sus hijos allá. Esa es, en todo caso, la diferencia entre los fifís -que tanto critica el presidente- y la gente pobre.
Previamente, la nuera de López Obrador ya había sido criticada por su look de fifí, cuando el primero de Septiembre llegó al Palacio Nacional al Primer Informe de su suegro llevando en un brazo a su esposo José Ramón López Beltrán, y en el otro un bolso de marca Channel de cien mil pesos y caminando con zapatillas Valentino, con un outfit y un aire VIP que no se le vio nunca ni a Michelle Obama. Y, poco antes, Andrés Manuel López Jr. se casó en una hacienda del banquero Roberto Hernández sin ninguna austeridad republicana ni mucho menos.
Durante la campaña, AMLO criticó duramente al candidato presidencial Ricardo Anaya (ya desaparecido del mapa político), por llevarse un año a estudiar inglés a sus hijos a los E.U., pero hoy, en la familia del propio Presidente se da un caso aun de mayor decepción: tener un nieto que es gringo por nacimiento. Sin duda… una cosa es el discurso y otra la realidad.
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