Mujeres y Política

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Las pifias misóginas de la semana

 Vásquez Colmenares culpabiliza a las mujeres de la violencia machista

Soledad Jarquín Edgar

SemMéxico, 3 septiembre 2019.- Una secretaria de Estado en Oaxaca, un diputado local en Guerrero y una diputada de Oaxaca y un funcionario menor dieron muestra en los últimos días de la violencia institucional contra las mujeres, cuyos dichos y acciones se convierten en un peligro. Y sí, nos preocupa mucho.

Tenemos las cifras, a veces en una danza, sabemos los tipos y los ámbitos en que se comete la violencia feminicida y el feminicidio, y también sabemos que hay “nuevos” actores patriarcales: más armas ilegales corriendo a lo largo y ancho del país, lo que incrementa indiscutiblemente el número de ataques y cuando estas armas están en casa, potencializan el feminicidio.

Por otro lado, está la narcopolítica, una realidad cotidiana donde las confrontaciones entre unos y otros cárteles, pasa por el cuerpo de las mujeres: botines de guerra, y claro un derivado de la narcopolítica, la trata de personas donde las mujeres, cosificadas, son sometidas a la prostitución forzada, y una reciente clasificación legal de la violencia contra las mujeres que hacen política.

Pero nada asusta más que observar, leer o escuchar la manera en que personajes de la vida pública y política, quienes se encargan de las llamadas políticas públicas o aprobar presupuestos y leyes con perspectiva de género, emitan comentarios que resultan retrógrados, machistas e intolerables, basados, dicen en “valores”, en su propia ideología, pasando por alto los derechos de las mujeres.

El primer caso es el de la secretaria de las Mujeres de Oaxaca, Ana Isabel Vásquez Colmenares, quien ha sido cuestionada por las organizaciones no gubernamentales por la falta de resultados en relación con los objetivos planteados por la declaratoria de Alerta de Violencia de Género en Oaxaca, establecida hace un año en Oaxaca por la Secretaría de Gobernación a través de la CONAVIM.

En ese contexto Vásquez Colmenares hizo el típico recorrido por los medios de comunicación, incluyendo CORTV, que se utiliza dicho sea de paso como vocería del gobierno. Dio a conocer sus “acciones” emprendidas para prevenir, atender, sancionar y erradicar -dijo- la violencia contra las mujeres en el marco de la famosa AVG. ¿911 en todos los municipios? ¿Capacitación a policías para que no revictimicen a las mujeres? ¿Inyección de recursos para un albergue de medio camino? Bueno, bueno… hay que sacar conclusiones.

Oaxaca, según INEGI es una de las 10 entidades del país con menor cobertura, con un 40 por ciento, solo dejo el dato. Y lo más concreto que una autoridad puede hacer para no revictimizar a las mujeres es reconocer sus derechos, lo que para el funcionariado resulta altamente difícil. Es como pasar una cuerda haciendo equilibrio a 20 metros de altura. Y lo último y muy cuestionable es el silencio cómplice que asumen las autoridades con respecto a un albergue municipal en manos de un dirigente de comerciantes y que costó a la federación unos nueve millones de pesos.

Digo por si el presidente Andrés Manuel López Obrador, quiere asomar su cabeza frente a ese hecho de corrupción del exdiputado federal del PRD, avenido a Morena, Hugo Jarquín, quien no quiere devolver el inmueble, pese a que el comodato concluyó el 31 de diciembre pasado. Bastaría con ello, para no pretender descubrir el agua tibia como hace Ana Isabel Vásquez Colmenares y CONAVIM -que sin información correcta- destina medio millón de pesos para un albergue de medio camino, cuando en Oaxaca hay un edificio construido exprofeso para tener un “buen” albergue.

La pifia de la semana correspondió a la misma Ana Isabel Vásquez Colmenares, quien en su periplo mediático asegura que los hombres machistas responden con más virulencia ante las demandas de las mujeres por sus derechos. Su equivocada percepción de los hechos deriva del desconocimiento. No todo es andar repitiendo cifras y acciones, la teoría feminista requiere estudiarse. Entenderla. Días antes aseguró en un tuit, que publicó en su cuenta, que asistía a un acto reconocimiento (dicho sea de paso, en horas de oficina) de “su maestra” Marcela Lagarde y de los Ríos. No se trata de eso. La respuesta a la violencia machista tiene su origen en la intrincada construcción social que da a las mujeres y los hombres lugares desiguales, pero sobre todo la errónea idea de que tienen mayor poder y valor ellos que ellas. No la señora habla de valores y luego de derechos en una entrevista realizada por la periodista Mayra Ricárdez que es sin duda una “joya”.

Y días antes, otro priista, solo que esta vez se trata de un legislador local en Guerrero, Heriberto Huicochea Vázquez dio la nota misógina de la semana en su entidad, al declarar que está preocupado por la salida de los hombres de los partidos políticos cuando las candidaturas, por “la paridad”, se da a las mujeres, pero eso no es lo peor, lo terrible fue cuando sugirió que el “empoderamiento” de las mujeres en los partidos políticos y, por ende, en los cargos de elección popular, debería ser “paso a paso”.

Tal parece que, para este diputado guerrerense, como sucede con otras mujeres y hombres, no fue suficiente primero esperar más de cien años para que la ciudadanía de las mujeres fuera reconocida en las leyes (1947, elecciones municipales y 1953, el sufragio universal) y se consolidara la igualdad -numérica- en 2014 con la reforma constitucional que establece la paridad, o sea, 61 años después. Son como esas personas que siguen pensando que en las comunidades la inserción de las mujeres a la vida pública es así, “paso a paso”, para no alterar el ritmo de las malas prácticas disfrazadas de costumbres buenas. O, como creer que algunas mujeres no entienden sus derechos y que tienen que esperar hasta que los comprendan bien. Lo cierto es que conocemos a muchos hombres, como el propio Huicochea Vázquez con deficiencias en eso que se llama y, escuché hoy de nueva cuenta: lectura de comprensión. Los derechos son derechos y su ejercicio no se debe escatimar a nadie. Lo contrario sería discriminatorio y sexista.

Pero en esta corona de pifias misóginas está también el caso de Joel Zamora Montes, ahora ex funcionario del InstitutoOaxaqueño de Atención del Migrante (IOAM) y coordinador de Atención Social en el municipio de Huajuapan de León, en la región mixteca, cesado por hacer publicaciones en redes sociales con características misóginas que, incluso, ponen en riesgo la vida de las mujeres. El señor fue denunciado por las feministas quienes se cansaron de recibir insultos, estos cada vez mayores, tras la marcha del pasado 16 de agosto.

El exempleado, gustaba además de tomarse fotos con la primera plana de quienes están en la política oaxaqueña: como las titulares del IOAM, SMO y el propio gobernador Alejandro Murat. Una de sus publicaciones: “Todo bien en casita hijas…. #Feminazis” a lo que una feminista le respondió tan pronto como trascendió su destitución, “como estás en tu casa Joelito”.

Y la última de la semana, fue la actividad que realizó la diputada priista Magda Rendón, quien llevó hasta un cura, una virgen y feligreses para celebrar una misa a las puertas del Congreso local, previo a un foro El Aborto en la Actualidad, integrantes de la Ola Celestre, movimiento de ultraderecha que niega el derecho a decidir de las mujeres. La pregunta es ¿Quién pagó los viajes de las ponentes, algunas de ellas de Argentina y otra de Brasil?

La pregunta de las mujeres al Congreso local es ¿qué pasó con el Estado laico? Pregunta que se hace directamente a las diputadas de Morena: Inés Leal, Gloria Sánchez y Elena Cuevas, y a Victoria Cruz, del PVEM.

Las alarmas se encienden, en tiempos de la 4T el avance de la derecha viene por la izquierda, el centro y la misma derecha y todo en contra de los derechos fundamentales de las mujeres.

Así lo vemos con Ángel Domínguez, también morenista, y un confeso seguidor de lo que llama la “familia natural”, como dijo ante los grupos cristianos que se dieron a la tarea de protestar en el Congreso de Oaxaca, durante la sesión en la que se aprobó el matrimonio igualitario.

¿Se dan cuenta? En la película inglesa Las Sufragistas, dirigida por Sarah Gavron y escrita por Abi Morgan, hay una escena donde los diputados discuten sobre la ciudadanía de la población negra. Uno de los parlamentarios señala y ¿después del voto a los negros que sigue? ¿El voto a las mujeres? No. Es la respuesta al unísono, exclamación llena de coraje e indignación por la propuesta.

Así estamos. Podemos avanzar en todo y hemos adquirido derechos, pero el derecho a decidir sigue siendo el gran obstáculo de todos los derechos de las mexicanas, porque quienes deciden están atravesados por sus complejos y creencias personales.

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