Salvo honrosas excepciones, ¿Dónde están los hombres?, ¿Dónde sus denuncias a los asesinatos, violaciones etc.?, ¿Dónde están sus voces de condena contundente ante chistes machistas, imágenes que denigran o cosifican a las mujeres?
Es preocupante cómo el discurso populista que conlleva el negacionismo de las violencias machistas cala y, sin embargo, el feminista y, por tanto, de prevención de esas violencias, resulta bastante impermeable.
Con las fallas recién quemadas en pueblos y ciudades de la provincia de Valencia y con una guerra en marcha en Europa y otras en el mundo, cabe pensar, o mejor repensar el lugar que ocupan los cuerpos de las mujeres en diferentes espacios.
Pese a lo que pudiera parecer, el feminismo no se rinde. Y aún a sabiendas de haber sido abandonadas por nuestros gobernantes, que a sí mismo de llaman feministas, no cejamos en nuestro empeño de defender la agenda feminista.