La violencia de género lastima más que el rostro, el cuerpo, la dignidad, el amor y seguridad propios, trasciende a la familia, se contagia a las hijas, hijos que ya están y a las y los que están por venir.
La del 22 de octubre fue la segunda manifestación estatal para la abolición de la prostitución, el laicismo, contra los vientres de alquiler y la Ley Trans convocada por “Futuro de todas - La fuerza de las mujeres”.