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• “Me Canso Ganso y Váyanse Acostumbrando”, lema de la Cuarta Transformación

La inseguridad no se acaba por decreto presidencial

LA OPINIÓN

Jorge Herrera Valenzuela

SemMéxico, 10 enero 2019.- El estilo nada ortodoxo del Presidente Andrés Manuel López Obrador es aplaudido por sus seguidores, pero desconcertante para los hombres y mujeres de empresa, quienes escucharon, desde hace semanas que ahora el poder político está sobre el poder económico. Sin embargo, la incertidumbre no desaparece e inclusive hay opiniones en el sentido de que inversionistas, nacionales y extranjeros, actúan con mucha reserva, al considerar riesgoso que nada se sepa sobre la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo que debe presentarse en un lapso de 120 días, después de la toma de posesión, por ser un mandato constitucional.

López Obrador claramente expresa reiteradamente la frase, atribuida al desaparecido Tin Tán, de “me canso ganso” para afirmar que nada detendrá sus planes personales de gobierno; recordaremos que esas palabras, de “váyanse acostumbrando” las pronunció al referirse al proyecto del Tren Maya, que ya tenía en marcha y que se le ocurrió ponerlo a “consulta popular”, para aplicar su principio de “democracia participativa”. Los únicos que se oponen, a la construcción del Tren, son los “zapatistas” que ocultan su rostro, colocándose paliacates rojos y pasamontañas negros.

Nadie está en contra de que se sancione a los corruptos del gobierno y de la iniciativa privada, pero también es importante trabajar para disminuir la inseguridad y ésta no se acaba por decreto presidencial ni tampoco minimizándola, asegurando que las cifras son producto de una campaña de “los conservadores”.

A propósito de calificar y descalificar a quienes no están de acuerdo con el Presidente López Obrador, él se contradice porque en otros foros asegura que hay libertad de expresión, respeto a que cada quien diga lo que piensa. No habrá represión física, pero si derecho de réplica.  A los que agredieron en forma oral a la secretaria de Gobernación (López Obrador la llamó Secretaria de Gobierno) los tachó de “neofascistas” y a los del EZLN que por voz del “subcomandante Moisés” insultaron soezmente al Presidente de México y se pronunciaron en contra de los planes y programas del gobierno, simplemente apuntó que están en su derecho de disentir y de manifestarse.

Estoy de acuerdo que durante los días de la campaña político electoral, el político tabasqueño se explayara en su vocabulario y repitiera frases populares, pero ya es el léxico del hombre que dirige los destinos de uno de los países más importantes del orbe, aunque sigamos clasificados como “tercemundistas”. No es aceptable que la Cuarta Transformación mantenga esa bandera, que no es postura ideológica y menos política.

Ahora bien el “váyanse acostumbrando” implica que los mexicanos debemos entender que en proyectos no aceptados por López Obrador, él los someta a una supuesta consulta popular que se realiza sin metodología y se aplica con la misma gente que lo llevó al poder. El ejemplo, es el caso de las obras del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. Desde los días de campaña estaba anunciado que lo cancelaría y lo ratificó como el titular del Poder Ejecutivo Federal. Ah, pero hubo una “consulta popular” perfectamente dirigida para obtener un “no del ´pueblo”.

Sin embargo los trabajos de construcción siguen adelante. Oficialmente el jueves de la semana pasada, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, informó que ya se inició la cancelación de obras; el anuncio lo hizo el director del Grupo Aeroportuario México, Gerardo Ferrando Bravo. En Hacienda hacen todos los esfuerzos para lograr la recompra de los bonos por 1,600 millones de dólares. El excandidato presidencial PRIista dijo que la cancelación le costaría, a los mexicanos, la friolera de 145 mil millones de dólares. El ingeniero Jiménez, secretario de Comunicaciones, y el de Turismo, el señor Torruco, lo vapulearon sin argumentos. Ninguno de los dos desmintió el millonario costo que implicará la cancelación y más adelante la demolición de las obras ejecutadas, desde los cimientos.   

Pregunta para meditar:

¿Padeceremos otro sexenio sin acciones definidas, para devolvernos la confianza hacia quien dirige los destinos de este hermoso país?

jherrerav@live.com.mx

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