Recibe Cristina Rivera Garza el Premio Xavier Villaurrutia 2021

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  • El Inbal y la Sociedad Alfonsina Internacional otorgaron el reconocimiento a la escritora por su novela «El Invencible verano de Liliana«

Redacción

SemMéxico. Ciudad de México. 06 de julio de 2022.- El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), en conjunto con la Sociedad Alfonsina Internacional entregaron el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2021 a la autora mexicana Cristina Rivera Garza, ganadora del certamen por su libro El invencible verano de Liliana (2021).

En la Sala Manuel M. Ponce, Cristina Rivera Garza dedicó la entrega del galardón a su hermana Liliana, de quien dijo “Estoy segura que a ella le habría gustado compartirlo con todas y cada una de las mujeres que nos han sido arrebatadas cruelmente, violentamente, de nuestro lado”.

En este sentido, la autora de “El Invencible verano de Liliana” mencionó la deuda con todas las mujeres que antes de 2012 murieron a causa de la violencia que se ejerce contra la mujer por ser mujer, es decir, por feminicidio y cuyos casos no se nombraron así por años.

 “Esa violencia soterrada y continua, esa violencia que calló hogares y derrumbó sueños, que fue encubierta y confundida, camuflada bajo la capa perversa y poderosa del lenguaje del amor romántico. A mi hermana no la mató un hombre enamorado, sino un macho criminal. Mi hermana no murió, fue asesinada aún más. Fue asesinada por un hombre que ejerció contra ella una violencia inenarrable por ser mujer. Mi hermana fue víctima de un feminicidio y a mi familia y a mí nos importa mucho que así quede registrado en los archivos institucionales” expresó. 

Dijo también que la complicidad por proteger a un feminicida debe ser reconocida y castigada por ley y señaló: “Tenemos que salir de la indiferencia e incluso de la indolencia que el patriarcado y su Estado han impuesto sobre la violencia desatada, por lo que Rita Segato nombró y nombró bien como una guerra contra las mujeres”.

Refirió que en el país estos crímenes pasaron desapercibidos frente a la mirada indiferente de la justicia “algunos fueron archivados como homicidios simples y más comúnmente referidos como crímenes pasionales. Una figura cultural y legal que implícitamente culpa a la víctima y exonera al perpetrador. Ahora que contamos cada vez más con el lenguaje cultural para nombrar lo que el patriarcado y su estado han intentado obviar por todos los medios posibles”.

Por ello precisó “es necesario que yo crea en mi familia que se reconozca legalmente como feminicidios a todas aquellas mujeres que hayan caído a causa de la mortífera violencia patriarcal”.

La ganadora del Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero 1997 por Nadie me verá llorar agradeció al INBAL y al jurado el reconocimiento que recibió de manos de la directora general Lucina Jiménez López.

La escritura compartida de historias entrañables

Por su parte, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, reconoció la valentía y la fuerza de Cristina Rivera Garza para encontrar la palabra, para escudriñar desde el corazón aquello que hace posible que la escritura pueda insertarse en los filos más profundos de un tiempo oscuro. 

Destacó que la galardonada, “ha encontrado esa fuerza en la palabra y en el corazón para iluminar la palabra de Liliana, para encontrar a través de su propia voz una escritura compartida de historias entrañables que hacen que podamos sentirla presente, dialogar con ella, preguntarnos sus dilemas, que escribía con letra tan cuidadosa, que pasaba en limpio y que Cristina nos hace vivir con esas descripciones tan profundas, esos momentos de las propias escrituras de su hermana”.

Señaló que la obra de Cristina Rivera es de suma importancia sobre todo porque esta sociedad ha tenido que aprender a fuerza de vidas perdidas a nombrar y no lo hemos hecho con suficiencia. “pero que a través de una narrativa en la cual recobrar la voz de Liliana se recobra la voz de todas las mujeres que han perdido la vida por el solo hecho de ser mujeres en una sociedad que ha malentendido el valor de la vida de las mujeres”.

La titular del Inbal señaló que Cristina nos sumerge en el Mictlán y nos agarra de la mano, a veces en vilo, para no dejarnos caer y transitar por una forma distinta de describir el dolor. Una manera amorosa de describir el dolor. Vívido, subrayado, en cada fragmento de célula del cuerpo de cada una de las personas que transitan por esos laberintos que solo se han aprendido a vivir en una búsqueda desesperada de eso llamado justicia.

Agradeció a la escritora por esta valentía, “por este trabajo de una escritura comprometida y en donde, creo yo, queda no sólo un testimonio de un tiempo oscuro, sino también la posibilidad de una sociedad que estemos cada vez más dispuestos a transformar en otro mundo posible, tanto para los derechos de las mujeres como, al mismo tiempo, para la propia escritura, en relación con los duelos o con los fenómenos que nos duelen todavía”.

Promover la literatura mexicana, objetivo del galardón

Al hacer un recuento, el presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, Felipe Garrido, recordó que el propósito del premio ha sido desde un principio promover la literatura mexicana.

El premio era y sigue siendo para autores que residan en México con obras publicadas por editoriales establecidas en el país. El premio es para una obra específica y se entrega a Cristina Rivera Garza. 

En tanto, Sara Uribe refirió que la obra nos hace atisbar, desde una percepción colectiva, las complejas aristas y los efectos devastadores de la violencia sobre los cuerpos las vidas y los territorios. 

“Este libro es un mapa con señalamientos; las calles por las que caminaba, las tiendas donde compraba pan, las fondas en las que comía, su estación del metro, la parada de su autobús. Como si la violencia lo sembrara todo, lo abarcara todo, una ciudad entera, sus habitantes, un país. 

 “Este libro es un archivo vivo, hecho de palabras, de su comunidad y de las propias palabras de Liliana. Frente al lenguaje ominoso que el aparato estatal empleó para referirse a su cuerpo, Cristina abre el espacio a una corporalidad textual amorosa, conformada por el lenguaje de muchas personas, produce además una conjunción de tiempos que posibilita que la Liliana universitaria o la Liliana niña que nadaba en el carril contiguo coexistan con nosotros”, agregó la crítica literaria.

Por su parte, Armando González Torres -quien junto con María de los Ángeles Comesaña y María Julia Hidalgo López formó parte del jurado-, comentó que Cristina Rivera Garza es una escritora admirable que asume nuevos riesgos, que lejos de quedarse en la comodidad de lo probablemente exitoso busca renovarse continuamente.

La autora enfrentó un reto formidable, en términos tanto emocionales como literarios, narrar después de casi tres décadas el episodio de feminicidio no resuelto de su hermana, y creo que la autora lo resuelve con imaginación literaria, con una estructura narrativa idónea, con un ojo crítico a las trampas del lenguaje hegemónico y con un extraordinario poder de vocación.

SEM/MG

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