Serie| Mujeres constructoras de resiliencia y democracia: Guadalupe López García

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Lenguaje inclusivo en los medios de comunicación

Yaneth Tamayo Avalos

SemMéxico. Ciudad de México. 30 de junio 2022.- Guadalupe López García nació el 20 de agosto de 1963. Es originaria de la Ciudad de México, capital del país y la quinta ciudad más grande del mundo. Es hija de padres mixtecos y la segunda de cuatro hermanas y un hermano.

Aunque creció en una ciudad que desborda arte e interés cultural, el cual se plasma en los numerosos museos, el hecho de ser hija de padres migrantes oaxaqueños y pertenecer a una comunidad indígena, le hizo vivir la crueldad de la discriminación.

Sin embargo, a pesar de haber crecido bajo esta circunstancia, asegura que en su infancia fue feliz, pues aún con carencias económicas, aprendió de los recursos resilientes de sus padres, lo que le dio la posibilidad de resurgir de la adversidad, desarrollarse social y profesionalmente exitosa.

Confiesa que, aunque sus recuerdos de infancia son vagos, tiene claro que disfrutó de su niñez y del entorno que le ofreció la colonia popular donde creció, lo cual le generó apego a sus raíces e historia; de hecho, aún vive en el mismo lugar:

Yo nací en el barrio. Yo me llevé al barrio. Es mi identidad y de ahí vengo; lo traigo y lo defiendo. No me da vergüenza decirlo. No me he disfrazado en el medio de la intelectualidad. No soy de aquí ni de allá. Creo en las cuestiones reivindicativas de tus raíces.

La búsqueda innata por desarrollarse intelectualmente la hizo convertirse en periodista

Mientras habla y trata de rememorar, se le puede observar buscando por qué decidió estudiar. Nos cuenta que, cuando asistía a la secundaria, su padre le dijo que tenía que empezar a trabajar. No recuerda porque decidió cursar la universidad.  

En 1986, se graduó de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X). En su familia son pocos los profesionistas; apenas en su generación empezaron a formarse, por lo que no tuvo referencias de estudio en su grupo familiar ni en su colonia. Su decisión por prepararse la convirtieron en la primera mujer de su clan en estudiar y trabaja a la vez, cumpliendo así con la determinación de sus padres y el inicio de futuro. Cree que su elección pudo ser influenciada por los personajes que veía en la televisión.

En el 1994 estudió la especialidad en Estudios de la Mujer, en El Colegio de México, y en 2008 la Maestría en Estudios de la Mujer, en la UAM-X. Su devenir académico se ha centrado en las mujeres y fue producto del despertar de conciencia como feminista.

En lo laboral, ha formado parte del Instituto de la Mujer del Distrito Federal (ahora Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México), se ha desarrollado en medios de comunicación como periodista —en radio y prensa—, pero también tiene una amplia trayectoria como investigadora y capacitadora en políticas públicas con perspectiva de género.

Guadalupe López García ha sido una mujer transgresora del sistema social. El provenir de una familia tradicional, el estudiar, el ser feminista y el trabajar en un medio en donde al principio no eran bien vistas las mujeres, la convierten en una mujer de fronteras que ha transitado por diversos espacios.

Aunque le resulta complejo definirse, en su aproximación más directa se considera como una profesionista con formación interdisciplinaria, que tiene la posibilidad de llevar a cabo análisis complejos y que se aparta de las lógicas binarias antagónicas, cuyo trabajo y lucha es en favor de los derechos humanos de las mujeres.

El feminismo llegó a su vida

El periodismo fue el espacio que le abriría la puerta al feminismo y a los estudios de género.

En 1989, leyó por primera vez la Revista fem —importante publicación feministay la primera de América Latina—, la cual era encartada por una suscripción del periódico Uno más uno, diario de vanguardia en ese entonces.

Cuando empezó a leerla, se dio cuenta de que muchas de las cosas que se publicaban le sucedían a ella. En ese momento entendió, reconoció e identifico las situaciones que la atravesaban por el simple hecho de ser mujer. Es así que decidió enviar una colaboración a la Revista, la cual fue aceptada. Ese fue el inicio de su camino por el feminismo, las mujeres y los medios de comunicación desde ese enfoque.

En las contrariedades íntimas de su vida, se dio cuenta de la violencia, la discriminación y los estigmas que sufría por ser mujer: el deber de ser sumisa, llegar virgen al matrimonio, no estudiar.

Narra que en ese entonces tuvo que afrontar un embarazo no deseado. Enfrentar a su familia conservadora significó una dura prueba. Aunque su madre se oponía al aborto, la apoyó en su decisión. Por muchos años su madre dejó de ir a la iglesia, porque se sentía culpable. Para Guadalupe López García ese hecho fu admirable.

Recuerda que leer Fem le ayudó a darse cuenta de otras perspectivas que le permitieron entender por qué a las mujeres de la propia familia les costaban trabajar y asimilar estas situaciones. A partir de esos contenidos, pudo reflexionar sobre las experiencias de las mujeres en situaciones de desigualdad, discriminación, violencia y abuso sexual. Esto le posibilitó gestionar un intento de violación, del cual —dice—se salvó “de milagro”. Declara que el tomar conciencia de esas situaciones y volverse feminista le cambiaron la vida.

La violencia de género sí afecta en la vida. No se puede separar lo personal y lo político. No es que te pongas la camisa feminista y salgas a la calle y dejes de sufrir. El miedo y el sufrimiento es inherente a la violencia.

Lenguaje incluyen y no al borrado de mujeres

En el 2021 empezó a observar que a través de la red social de Facebook se estaba difundiendo información sobre conceptos erróneos de sexo y género —como mujeres trans y personas gestantes, menstruantes y vulvoportantes—, e identificó que la información difundida por grupos de la diversidad y algunas instituciones públicas propiciaban el borrado de las mujeres y sustituían las políticas proigualdad por las antidiscriminatorias.

Muchas personas empezaron a confrontar la información y su posicionamiento de No al borrado de las mujeres. Sus redes sociales fueron el medio para escribir e informar sobre el tema. Las agresiones empezaron a sustituir el debate por exponer la deficiente información y la tergiversación sobre los temas de género, lenguaje incluyente y no sexista, que —para ella— han empezado a impactar de forma negativa en los avances normativos de las mujeres.

Para Guadalupe López García ha implicado mensajes de odio y ser colocada en una lista que persigue, estigmatiza y sitúa en riesgo a las mujeres que están en contra del borrado de las mujeres y de las falsas políticas de identidad de género:

Es una acción deliberada de usar el concepto género con otras definiciones que no son compatibles. Esta confusión de categorías ocasiona discriminación y violencia contra las mujeres. hay “personas vulvoportantes”, pero no “personas peneportantes”. Hay “mujeres cis” pero “hombre cis” no se maneja. De forma deliberada se está usando el concepto género como sinónimo de sexo.*

En abril de este año, se filtró por diversas redes sociales una lista donde apareció el nombre de varias académicas y activistas feministas, entre los que estaba el de Guadalupe López García. Esto fue una sorpresa, pues ella solo emitía información fundamentada en su experiencia académica y desde un ámbito personal (su red social). Nunca imaginó que un grupo la acusaría de odiar a las personas trans y la tacharían de conservadora y fundamentalista, entre otras etiquetas.

Guadalupe es consciente que esa lista es una forma de acosar, agredir e intimidar, pero también sabe que no puede vivir en el temor constante:

Hay esperanza de que se haga un análisis profundo y se corrija el error del borrado de mujeres. Hay una amplia solidaridad con las mujeres que son perseguidas en el ámbito laboral, político, en el servicio público y en el activismo. No se deben usar las instituciones para imponer y agredir desde el Estado.

Nunca mentiré y utilizaré la falsa promesa de progresividad de derechos. El sexo no cambia, el género no es identidad. Eso no es odiar, es una realidad que tratan de ocultar quienes lo utilizan. Este tema no debe ser impuesto, se tiene que debatir.

Afrontar la violencia por defender los derechos de las mujeres

respecto de la forma de gestionar las emociones, Guadalupe López García comparte que, desde el enfoque del estudio de las emociones, estas son construcciones socioculturales que repercuten en todo lo que hacemos y no pueden negarse ni separarse de la persona. Antes bien sirven como motor que impulsa:

Claro que estos temas me afectan, pero me aguanto una semana y el coraje me hace escribir. Claro que el miedo hace que me pare, pero luego viene la sororidad de mi red de apoyo y eso hace que siga caminando.

Como gestionar las emociones, retoma a Sara Ahmed: “Si lo personal es político, lo emocional también es político”. Para Guadalupe, las emociones son un asunto político que están presentes donde quiera que se está.

El hecho de sentir miedo está bien, ya que se utiliza como recurso y forma parte de la resiliencia. Guadalupe no puede negar lo que siente. Entiende que el miedo en lo individual paraliza y en soledad aísla, pero también sabe que en lo colectivo moviliza, como en las marchas feministas. De esta forma, sabe que ella no está sola. La resiliencia de eso se trata. No se debe negar el miedo. Ese siempre estará ahí, y hay que utilizarlo para salir adelante.

Guadalupe López García está convencida de luchar por los derechos de las mujeres y que no se nos borre de la historia, por comparte el mensaje de que hay que recuperar las historias de las mujeres. Necesitamos espejos en los que nos podamos reflejar. Mi espejo fueron las mujeres de la Revista Fem. En cada publicación vi reflejada mi historia. Debemos tener claro que no podemos ser el ejemplo de unas, pues tenemos fortalezas y debilidades, pero sí podemos ser espejos para que puedan entender no quienes somos, sino como podemos reflejarnos en otras, ver lo común y las diferencias, ver los recursos que tenemos cada una y los que nos faltan.

Tenemos que recuperar nuestra historia de vida y escribir. La gestión emocional y la resiliencia está en la empatía. No debemos compararnos con otras. Como mujeres somos únicas. Nuestras historias de vida son diferentes y recuperarlas es hacer la historia de las mujeres. Recuperar la vida de cada una es entender a todo el colectivo de mujeres. Esto nos ayuda a no generalizar ni culpabiliza ni endiosar ni descalificara a las otras.

Escriban sus vidas y léanlas, no como una cuestión terapéutica sino cómo una reivindicación histórica y política que va más allá de lo personal. Y comprendan la importancia que hay, aunque no estén en medios o publiquen libros. Todo lo que han hecho en cada parte su vida ha sido fundamental para la historia de otras mujeres.

*Cis o Cisgénero. Cuando la expectativa social del género de la persona se alinea con el sexo asignado al nacer. En consecuencia, existen mujeres y hombres cis. El prefijo cis proviene del latín “de este lado” o “correspondiente a” y es el antónimo del prefijo trans, que significa “del otro lado”. Retomado de: Guía de preguntas y respuestas sobre los derechos de las personas LBGTI, Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León.

“Esta historia fue apoyada por la International Women’s Media Foundation y el programa VAW-PM del NDI”.

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