Presentan el libro Acusáis a la Mujer sin Razón, resultado de 10 años de visitar el sistema penitenciario de las 4 mujeres del grupo
Proponen un programa que permita la salida de las mujeres de las cárceles, con herramientas para su reinserción social
Sara Lovera, fotografías Olga Rosario Avendaño
SemMéxico, Ciudad de México, 21 de mayo, 2023.- La condición de las mujeres reclusas en México, no ha variado en esta administración: viven violencia, tortura sexual y reciben penas más altas que los hombres.
Situación que no ha variado durante décadas, y hoy, en la 4T, después de varias décadas, la situación para 12 mil mujeres recluidas, parece peor que antes. Son torturadas desde el momento de su detención o durante su reclusión, sin que nadie “haga nada”.
Eso pudieron constatar luego de 10 años de visitar las cárceles de México, las integrantes del grupo La Cana quienes concluyeron que la discriminación de las mujeres en reclusión y su situación revelan que el sistema judicial en México está quebrado; que, desde la perspectiva feminista, estas mujeres, viven condiciones extremas de desigualdad y violencia de género y que hasta el 40 por ciento de ellas tienen sentencia. Encima los defensores de oficio, “no las ayudan”.
Así lo dijeron este domingo, en la librería U-Tópicas, Daniela Ancira, Mercedes Becker, Raquel Aguirre y Wendy Balcázar, presentaron un libro, básicamente testimonial denominado Acusáis a la Mujer sin Razón, que es el resultado de una exploración entre reclusas, especialmente del Estado de México, que muestra que llegaron a delinquir, si lo hicieron, por el contexto machista y patriarcal en que viven todas las mujeres en el país. Lo más grave es que son abandonadas por sus familias y no cuentan con redes de apoyo.
Este trabajo de La Cana, que acaba de publicarse, ratificó las características en que las mujeres son tratadas cuando son detenidas o acusadas, situación diagnosticada hace años, y que no ha cambiado.
Este trabajo de La Cana se suma a los estudios e investigaciones que Elena Azaola Garrido, que realizó, desde los años 80, estudios e investigaciones sobre la condición de las mujeres en reclusión.
La diferencia es que entonces la mayoría de las mujeres estaba en una cárcel tras acciones de filicidio –asesinato de maridos e hijos e hijas- y ahora la mayoría está en la cárcel por implicaciones con el crimen, la droga, el fraude o el secuestro.
Elena Azaola, antropóloga, psicoanalista e investigadora mexicana, estudia desde hace 3 décadas los sistemas penitenciarios, los que, desde un enfoque feminista. La Cana ha podido profundizar y hacer visible la situación de mujeres, que viven una triple violencia: la que las llevó a delinquir, por su condición de mujeres; la agudización del sistema judicial y la falta de políticas que las prepare para reinsertarse en la sociedad.
Lo más grave, dijeron las autoras, es que, en México, a pesar de todo lo hecho o descubierto, por estudiosas y feministas, no se las juzga con perspectiva de género. Las penas para ellas son mucho mayores que para los hombres en situación semejante.
Las integrantes de La Cana, formada por 3 abogadas y una psicóloga, trabajan, según explicaron, para determinar los mejores caminos que las mujeres pueden tomar cuando sean liberadas, para que su reinserción en la sociedad les permite vivir sin estigmas, discriminaciones y para que su papel de mujeres sea valorado y reconsiderado. Ninguna tenía, dijeron, herramientas para librarse de acciones o situación delictivas.
Dijeron que su libro muestra que las cárceles son lugares donde se reproduce la violencia de género y denunciaron que un alto porcentaje de mujeres recluidas, están ahí, porque su vida, el contexto donde se desarrollaron, las excluyó y maltrató desde niñas.
Daniela Ancira explicó que La Cana trabaja con 6 redes de reclusas, 5 en el Estado de México y que su organización tiene 10 años impartiendo talleres y visitando las cárceles.
Sus observaciones, dijo, les mostraron un patrón repetido. Muchas de ellas ni siquiera delinquieron, sino que fueron detenidas por la conducta de sus parejas.
Mercedes Becker explicó que prácticamente todas las mujeres con las que han hablado, vivieron en su infancia situaciones de violencia repetida, que impidió su desarrollo. Encontraron que muchas de ellas abandonaron sus estudios, un factor determinante para prevenir una conducta delictiva. Y ahora no tienen garantías para su vida, cuando salgan del reclusorio.
Se trata, explicó de un patrón histórico. El de la condición de las mujeres. Becker agregó, que cuando son detenidas por los delitos de sus parejas, es claro que han sido sometidas al peor de los mitos de ser mujer, el del amor romántico.
Wendy Balcázar fue quien dijo que este trabajo de La Cana, ratificó que el 40 por ciento de las mujeres en reclusión no tiene sentencia. Y las mujeres siguen constituyendo apenas el 5 por ciento de todas las personas encarceladas, que se calculan en 250 mil.
Lo que más les llamó la atención, dijo, es que los fines de semana, durante las visitas a las personas en la cárcel, las zonas de hombres están repletas, entre familiares y mujeres, que les apoyan y les llevan de todo, mientras que las mujeres están abandonadas.
Raquel Aguirre, dijo fue quien destacó que las defensorías de oficio, no sirven. Que los y las defensoras ni siquiera analizan los expediente, porque no les alcanza el tiempo, porque cada uno de ellos tiene hasta 200 asuntos en su haber.
El libro
Acusáis a la Mujer sin Razón, editado por Aguilar Ideas, de más de 280 páginas, de seis capítulos, a base de visitas, investigación y testimonios analiza la vida de muchas reclusas entrevistadas, las formas como “los amores” las encarcelan, – las que llegan ahí por culpa de un hombre- y quienes han tenido que defenderse de los agresores.
Igualmente, el libro tiene una explicación que llaman los roles de género, que analiza el papel de las mujeres en los grupos delincuenciales, son, pueden ser, las que “ayudan”, pero finalmente sometidas, “lo hacen por amor”.
Se detienen para analizar cómo funciona el sistema carcelario, sin perspectiva de género, lo que significa que el estado falló. Y ellas viven sin expectativas y con miedo.
El colmo, como dijeron las autoras en la presentación, es que existen concepciones de las y los “impartidores de justicia”, que las mujeres aguantan más, “amachinan” y se exponen a años de cárcel, tato y torturas, peores que en los casos de los hombres delincuentes o acusado.
La Cana, propone medias de salida a esta situación, pensando, particularmente, en cómo estas mujeres pueden ser reinsertadas en la sociedad.
El libro es de 2023. Y ya ha sido presentado en varios escenarios. En el público se hizo la propuesta de que lo lleven a discutir, a las escuelas.
