Honrar la memoria

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Fue la primera mujer en ocupar una regiduría en el gobierno de la ciudad de Oaxaca.

Con la colocación de una placa da a Sara Brena Torres el lugar que se merece.

Soledad Jarquín Edgar

SemMexico. Oaxaca. 20 de febrero de 2017.- La invisibilidad de las mujeres puede ser vencida con la mirada de los otros y a veces con la mirada de las otras. Sara Brena Torres es un ejemplo de ello.
Su nombre tardó más de 60 años en volver a ser recordado en el Cabildo. Ella fue la primera mujer en ocupar una regiduría en el gobierno de la ciudad de Oaxaca de Juárez y todo indica que habría sido la primera mujer en ese cargo político tras una elección en toda la entidad. 
Esto combinado con el cambio legislativo, que a la larga significó el primer paso para alcanzar su ciudadanía, la reforma constitucional que hace 70 años reconoció el derecho de las mujeres a votar y a ser votadas, al menos en el ámbito municipal.
Sin duda la reforma constitucional al artículo 115 fue el primer paso, en esa acción de reconocimiento a los derechos políticos de las mexicanas que se dio a cuenta gotas a lo largo del siglo XX y que en el siglo XXI aún no termina, pero que se fortaleció sustancialmente hasta 2014 con otra reforma fundamental al artículo 41 constitucional con la que se consiguió la paridad. Hecho no concreto para todas las mexicanas. No sin omitir otra reforma, la del artículo 34 en 1953 que reconoció la ciudadanía de las mujeres que ahora podrían votar, ser votadas y ocupar cargos públicos.
Se trata de una larga historia llena de hitos trascendentes, de acciones y esfuerzo de cientos de mujeres en todo el país, mujeres de distintas ideologías que lograron consumar un viejo anhelo: tomar parte en la vida política de su país, es decir, decidir.
Sara Brena Torres, a quien la muerte la sorprendió muy joven, pudo alcanzar otros peldaños en la política. No pudo por esa misma lamentable razón. 
Sin embargo, el hecho de ser la primera mujer en ocupar una regiduría no le concedió de manera inmediata un lugar en la historia pese a la importancia que tenía. Por ello es relevante la develación de una placa en el salón de Cabildos de Oaxaca de Juárez el pasado jueves 16 de febrero, en el marco de la conmemoración del 70 aniversario del voto municipal para las mujeres. 
Ella que fue una activa mujer, bondadosa, que defendió, incluso, a las mujeres presas, y que destacó por realizar obras de beneficio social, era recordada por haber sido protagonista de un concurso de belleza para las fiestas del IV Centenario de la ciudad de Oaxaca o por haber sido reina universitaria, más que por el sitio que el olvido pretendió arrebatarle como primera regidora de Oaxaca. 
Incluso, hace algunos años pregunté a algunas personas sobre si sabían que ella había sido la primera regidora, la respuesta era simplemente sorprendente: “sí porque era hermana del gobernador”, decían en referencia a su hermano Rodolfo BrenaTorres quien gobernó esta entidad (1962-1968). 
La respuesta está en los tiempos. Sara Brena Torres no fue regidora por ser hermana del gobernador, como ahora es común que suceda cuando los varones pretenden conservar el poder político, los cotos de poder, a través de sus hijas, esposas, hermanas, parientas o amigas (quizá algunas de ellas con vocación, pero solo algunas). Sara Brena fue regidora en el periodo de 1951-1952, su hermano fue gobernador diez años después. 
A iniciativa de la regidora de Igualdad de Género y Derechos Humanos, Bárbara García Chávez, se aprobó un punto de acuerdo por unanimidad entre quienes integran el cabildo y que con la colocación de una placa da a Sara Brena Torres el lugar que se merece, al ser la primera regidora de Oaxaca de Juárez. 
Y digo que la invisibilidad de las mujeres puede ser vencida con la mirada de los otros y a veces con la mirada de las otras. Sí nos toca a las mujeres reconocer a las otras mujeres, a las que abrieron camino. Sería terrible seguir pensando que los derechos que hoy tenemos son producto de la buena voluntad política de los varones, en parte cierto, pero apenas en parte. Votar, educarse, decidir cuántos hijos e hijas se desean tener, trabajar, poseer, comprar, ser dueña de sus propias empresas, decidir, vivir libres de violencia…son logros de las mujeres por las propias mujeres, de nuestras ancestras a quienes les tocó abrir camino, a nosotras nos toca honrarlas por ello. Ignorar, fingir que el pasado no existe es pisotear los derechos de las mujeres. Una lástima para quienes se perdieron recordar aquel momento histórico en que hace 66 años una mujer llegó por primera vez a ocupar una silla en el cabildo, tiempos en que se era única.
Hoy Sara Artemisa Brena Torres tiene un lugar privilegiado en la historia.

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