El Mejor Presupuesto de la Historia…antigua.
*Natalia Vidales Rodríguez
SemMéxico. Sonora. 25 de noviembre de 2019.- Por fin, la Cámara de Diputados aprobó, la madrugada del viernes, el gasto de 6 billones de pesos para el gobierno federal con 321 el votos a favor, y 78 en contra por parte del PRI, del PRD y de Movimiento Ciudadano (MC) ; y con la ausencia de los diputados del PAN que se negaron a acudir a una sesión “ a escondidas” (en un auditorio de la Expo Santa Fe, en la CDMX, en vez del domicilio legal en el Palacio de San Lázaro, dado el bloqueo de campesinos inconformes con la 4T).
Paradójicamente, el presupuesto contempla recursos adicionales millonarios para el agro, pero para darles apoyos directos –y a fondo perdido– a los campesinos más pobres, y ya no a los llamados ejidatarios “naylon”, como por ejemplo a los miembros de Antorcha Campesina, una lucrativa organización intermediaria entre el erario y los productores que por fin desaparecerá si el gobierno –como parece– deja de mantener. Como en otros programas del nuevo régimen, la idea es que el favor se lo deban los campesinos directamente al Presidente y a MORENA y a nadie más, y esperar después el pago del favor en las urnas.
La diputada del M.C., Fabiola Loya Hernández señaló que el Presupuesto “respondía a la visión de un solo hombre y no a las aspiraciones del país”. Y es que, efectivamente, la Constitución señala como facultad exclusiva de la Cámara de Diputadosla asignación del gasto oficial y, este Presupuesto fue aprobado tal cual fue enviado por el Presidente López Obrador ( salvo un par de cambios como para dorarle la píldora a los ciudadanos).
Lo anterior hace recordar la época del priato, cuando todo lo que mandaba el Presidente de la República a la legislatura era una orden ( y como dejó de serlo, por ejemplo con Fox, cuando tuvo que reconocer que el Poder Ejecutivo proponía…y el Legislativo disponía). Pero hoy vamos otra vez para atrás, olvidando que aunque el partido del Presidente, en este caso MORENA, tenga la mayoría en la legislatura, los diputados son otro Poder, y no se deben ni a uno ni a otro, sino a los ciudadanos y a cuyo interés debe orientarse el gasto del gobierno.
Cuando se abrió la sesión del Presupuesto, el 6 de Noviembre, el partido de AMLO y sus satélites no lograron el mínimo de 251 diputados para alcanzar la mayoría simple necesaria para acordarlo tal cual, precisamente porque no obedecía a lo esperado por los ciudadanos ( a los que, como dijimos, se deben). Pero finalmente decenas más fueron “convencidos” de que se alinearan al Presidente o se olvidaran de su reelección ( de la de ellos, no la de AMLO), y de sus futuros políticos, también al estilo del priato.
En síntesis, ante la prevista falta de crecimiento económico para el próximo año 2020 ( si acaso del 1% del PIB, luego de que este 2019 terminará en cero crecimiento), el Presupuesto hace unos hoyos para cubrir otros: les reduce en mil millones de pesos el gasto al INE, al Poder Judicial Federal, y a la Fiscalía General de la República( a cada una) y en menor medida al IFETEL, al INAH, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y a otras instancias, para aplicarlos en el gasto social directo (a ocho millones de adultos mayores y a 11 millones de becarios entre otros beneficiados) que más que salir de su situación pasarán a formar parte de la clientela electoral del gobierno. En realidad la única manera de trasmontar los índices de pobreza es con mayor crecimiento económico, con mayor productividad y esfuerzo de los ciudadanos en un ambiente de respeto a las libertades civiles, seguridad pública y estado de Derecho ( lo cual luce por su ausencia en el Presupuesto).
Ciertamente no habrá crisis: el fondo de estabilización del gobierno; un superhábit del 7% previsto en las finanzas oficiales, así como el gasto del erario y la inversión pública ( sumada a la actividad privada) la contienen.
Los allegados al poder celebran que no hubo “gasolinazo” ( …sí hubo y se dejó vigente, que es muy diferente), ni nuevos impuestos; que la inflación y la paridad cambiaria están bajo control; y que, en general, los indicadores macroeconómicos están nivelados, lo cual es cierto. Pero esas condiciones ya las hemos tenido en otros sexenios sin que ello signifique ninguna gran transformación y que, en realidad, mantienen prendida a la economía con alfileres: mientras los mexicanos no trabajemos más y mejor y nos olvidemos del populismo del gobierno, cualquier Presupuesto será lo mismo que el anterior y similar al que sigue.
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