- Pedro, de 45 años sigue esperando quien le arrebató a Estela y vive con miedo
- La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, explica como las y los indígenas siguen sin apoyo
Patricia Briseño
SemMéxico, Oaxaca, Oax., 21 de junio, 2021.- Pedro, de 45 años de edad, quedó viudo tras el feminicidio de su esposa, Estela, a quien desconocidos la hirieron con arma blanca, le dispararon y quemaron en un predio abandonado en la comunidad indígena de San Pedro Jicayán, en la Costa de Oaxaca.
“Desde aquel día, 28 de marzo pasado, el equipo que habíamos formado ella y yo, como familia, también murió junto con nuestros planes”, mencionó.
Desde pequeños hasta la fecha sus hijos de 7, 12 y 18 años fungen de traductores debido a que Pedro es hablante mixteco, como también lo fue la extinta.
Al quedar viudo, los chicos siguieron apoyando a su padre en la traducción y lectura de documentos, pero en esta ocasión se trató de entender los complicados citatorios de la Vicefiscalía, la ratificación de la denuncia y la traducción de las testimoniales, lo que les representó un dolor inmenso a todos al recordar a la madre de familia, asesinada cuando se dirigía a recoger las verduras del huerto, para la venta.
El padre de familia busca respuestas, pues no sabe quién o quienes le arrebataron a Estela, su compañera y madre de sus hijos, y vive con el miedo de que un asesinato similar se pueda repetir en casa, por lo que limitó sus salidas.
Sin embargo, el agobio por la falta de empleo en alguna construcción, la exigencia de dádivas por mandos policiacos y agentes ministeriales para continuar con las dirigencia , así como amenazas anónimas en contra de sus hijos, provocaron que Pedro renuncie a su demanda de continuar la investigación del feminicidio de Estela Merino García.
“Quiero irme del pueblo. Mis hijos viven con miedo, de que me ocurra lo mismo que a su mamá. No quiero arrepentirme, y mejor vamos a salir del pueblo”, comentó.
Y, concluyó. “Mis hijos son el centro de sus prioridades, y soy responsable de protegerlos, con mi vida”.
Deuda histórica con indígenas, al negarles acceso a la justicia.
Las y los indígenas continuamente enfrentan dificultades en el acceso a la justicia, más aún cuando son monolingües de una lengua materna, derivado de la histórica discriminación y la carencia de intérpretes en la entidad, por lo que quedan en estado de indefensión, advirtió la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca.
El organismo autónomo recordó que el Estado tiene la obligación de garantizar que las personas indígenas tengan acceso a una asesoría y acompañamiento jurídico en su propia lengua, para ello es necesario que se cuenten con intérpretes y traductores de lenguas indígenas en las instituciones públicas.
Agregó que las personas indígenas tienen derecho a que las instituciones del Estado les brinden atención y servicios sin ningún tipo de discriminación, esto implica acciones de política pública que garanticen a las personas hablantes de lenguas indígenas el acceso a la información en su propia lengua.
Además de establecer las condiciones que garanticen que cuando alguien hablante de una lengua indígena acuda ante instituciones procuradoras de justicia pueda contar con intérpretes, defensores o acompañantes que tengan conocimiento de lengua y cultura.